La logística del contenedor en Valencia ganaría 37 millones de euros anuales de contar con un túnel que cuesta 500 millones y que Fomento y Generalitat no quieren financiar.
El retraso en la construcción del túnel del acceso norte al puerto de Valencia ha reducido “el interés” de varios terminalistas por la ampliación del enclave. Mientras Fomento y Generalitat no quieren financiar el túnel que cuesta 500 millones de euros, la logística del contenedor sigue perdiendo 37 millones anuales por no tener la infraestructura
El retraso en el accceso norte al puerto de Valencia, un túnel de seis kilómetros de tres carriles por sentido con un coste aproximado de 500 millones de euros, está reduciendo el interés de terminalistas por la ampliación del recinto portuario, según ha podido saber este periódico en fuentes solventes. La infraestructura de acceso, considerada estratégica por el empresariado valenciano desde hace 19 años cuando la Cámara de Comercio realizó un primer estudio de su viabilidad, está hoy en tierra de nadie tras que la Generalitat Valenciana haya solicitado al Ministerio de Fomento “una mayor implicación” en su financiación.
El bloqueo resulta un mazazo para la ampliación, aunque la construcción del acceso fue acordada en abril de 2005 en el protocolo suscrito entre la Generalitat y Fomento, donde la autonomía se comprometía a asumir la construcción de la obra y financiarla en parte por el sistema de concesión. Tres años después la Generalitat sólo ha puesto en ejecución 2,7 kilómetros del nuevo acceso en su fase de superficie, pero de la fase subterránea nada se sabe, lo único que la Generalitat no puede asumir el coste del túnel, según un estudio de viabilidad realizado por la autonomía y que constata la imposibilidad de sufragar el proyecto con un peaje que sólo podría atender el 25 por ciento del coste.
En este sentido, el consejero de Infraestructuras y Transportes, Mario Flores, ha señalado que “el resto de la financiación la tendría que aportar Fomento, ya que se trata de una acceso a un puerto de interés general”, manifestando que el acceso debería tener “un peaje blando, con cantidades que puedan ser asumidas por el sector, ya que sino sería inviable”. Aparte del problema que genera no tener claro el mapa de accesos para los futuros adjudicatarios de la ampliación, que estará finalizada en 2011, y del problema que ya tienen hoy terminales como TCV en la zona norte del puerto, el retraso en el acceso está suponiendo un gasto extraordinario anual de 37 millones de euros para la logística del contenedor en Valencia, y en concreto, para el sector del transporte que duplica a diario los kilómetros recorridos necesarios para llegar desde el norte al puerto, como es el caso de los más de tres millones de toneladas anuales procedentes de la industria azulejera de Castellón.
En este sentido, según un reciente estudio realizado por una consultora, los transportistas pierden 142.500 euros diarios en gastos de combustible por un exceso de 70 kilómetros en día y vuelta, lo que viene a suponer 37 millones de euros anuales para una flota de 6.250 camiones que podrían utilizar la infraestructura que ahorraría 35 kilómetros por viaje de los 50 actuales del recorrido habitual por la V-30, aparte de perder una hora de trabajo que se ganaría de tener el nuevo acceso.