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El sector de las navieras de línea prevé un año 2008 muy complicado

Apenas ha comenzado el año 2008 y ya hemos leído un buen número de comunicados de las principales navieras del mundo que sugieren que los mercados presentan más dificultades de lo esperado, y que las cosas se pueden poner incluso peor. La mayor sorpresa la dio Maersk Line y su anuncio de que recortará entre 2.000 y 3.000 empleos. Noticia que en realidad no sorprendió a nadie teniendo en cuenta las tendencias de pérdida de partes de mercado y rentabilidad que la naviera danesa acusa desde el año pasado. Pero no es la única que afronta un mar enbravecido.

El presidente de la japonesa Mitsui OSK Lines (MOL), Akimitsu Asida, señaló en su discurso de Año Nuevo que “en 2008 las pérdidas de la compañía en las rutas hacia Norteamérica serán significativas, y que el resultado total de todas las rutas no alcanzará el punto de equilibrio”. Asida continuó diciendo que “este segmento afronta una situación severa que, si mantiene uno niveles de rentabilidad tan bajos, incluso amenaza su viabilidad”. A pesar de que las rutas marítimas de Este a Oeste en el Pacífico han asistido a grandes caídas en volúmenes y tarifas a los largo de 2007, el sector pensaba que el crecimiento del resto de las rutas, como por ejemplo el viaje hacia Europa, compensaría el pobre papel del transpacífico. Las declaraciones de Asida sugieren que esto ya no es así.

Al mismo tiempo, otro de los principales operadores mundiales, la también nipona NYK, ha desvelado un plan para reducir la velocidad de sus buques en un 10 por ciento para ahorrar combustible. El coste del combustible ya representa más del 50 por ciento del coste total de la naviera, y su presidente, Koji Miyahara, afirmó que el impacto de estos elevadísimos precios “está causando un drástico cambio en los modelos de negocio tradicionales en el transporte marítimo”. El sector sigue siendo altamente cíclico, y los beneficios son muy vulnerables ante la tendencia de las naviera a comprar mucha capacidad en los tiempos de vacas gordas. Pero el petróleo ha venido a añadir el problema que tienen los buques muy grandes para adaptarse a otros tráficos que no sean los del Pacífico. La pregunta es si esto se aplica sólo al marítimo, o también será un lastre para otros sectores logísticos.

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