UNO reclama un marco laboral flexible para salir de la actual crisis, mientras que Astic alerta de que se ponen palos en la ruedas en el camino de la necesaria concentración empresarial.
El sector se suma al rechazo manifestado por CEOE y Cepyme al reciente acuerdo firmado por PSOE, Unidas Podemos y Bildu para derogar la reforma laboral de 2012. Así lo ha puesto de manifiesto UNO en un comunicado en el que señala que esta decisión “supondría bloquear la salida de la terrible crisis económica en la que nos estamos adentrando”.
La patronal logística apuesta, por el contrario, por un marco laboral flexible, puesto que el sector, “que está en una situación muy delicada con una caída de la actividad a la mitad, experimentará desaparición de empresas y, por lo tanto, destrucción de cientos de puestos de trabajo”. En este sentido, “la flexibilidad es una necesidad para crear empleo debido a que la demanda se ha convertido en muy elástica, con grandes picos de actividad”, según afirma el presidente de UNO, Francisco Aranda.
El presidente de la patronal logística recuerda que la reforma del mercado laboral de hace ocho años permitió “crear más empleo en menos tiempo”, por lo que los firmantes del reciente acuerdo “desconocen completamente el funcionamiento del mercado de trabajo y lo complicado que es crear y mantener los empleos”.
Aranda afirma que la reforma de 2012 “permitió generar empleo rápidamente, redujo la desigualdad, rebajó al 1 por ciento el umbral mínimo necesario de PIB para empezar a crear empleo neto y transmitió confianza en nuestra economía a nivel internacional”.
Por su parte, el director general de Astic, Ramón Valdivia, ha señalado a TRANSPORTE XXI que su organización suscribe completamente el documento de rechazo elaborado por CEOE y Cepyme. Valdivia recuerda que el sector “es muy intensivo en mano de obra” y que necesita flexibilidad, por lo que la decisión de derogar la reforma laboral de 2012 “vuelve a poner sobre la mesa que sigue siendo más ventajoso subcontratar”. En este sentido, “luego nos quejamos de que uno de los males que nos aquejan son las largas cadena de subcontratación”.
Por tanto, la derogación de la reforma de 2012 representa “otro palo en la rueda en ese camino tan necesario de concentración empresarial para ganar músculo y poder acometer así los grandes retos de futuro que tenemos por delante”, lamenta Valdivia.
El comunicado de rechazo de CEOE y Cepyme califica de “desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita”, la decisión de derogar la reforma laboral de Rajoy. Las dos patronales consideran que “el pacto alcanzado es de una irresponsabilidad mayúscula y tendrá unas consecuencias negativas incalculables en la economía española y en la confianza empresarial, tanto a nivel nacional como internacional, que impactarán de forma profundamente negativa en el empleo”.