Pone en la picota la gestión de Renfe, exige un regulador independiente, cuestiona el PEIT y denuncia que los privados están sufriendo trabas para acceder al mercado.
El Senado ha abroncado al Gobierno por su política en transporte de carga por ferrocarril. La Ponencia creada en la Cámara para evaluar la acción de gobierno en este sector pone en la picota la gestión de Renfe, cuestiona la filosofía del PEIT, pide un órgano regulador independiente y asegura que la liberalización está siendo lenta
El Senado acaba de dar un varapalo al Gobierno de Zapatero por su política en transporte de mercancías por ferrocarril. Así se recoge en el informe de la Ponencia creada en el Senado para evaluar la acción del Ejecutivo en la materia. Esta Ponencia, sin precedentes en el arco parlamentario español, es una iniciativa de la Unión de Operadores de Transporte Combinado, más conocida como UOTC, organización integrada en Astic, que sacó adelante CIU con el apoyo unánime de la Cámara Alta. Aunque el informe de los ponentes, que ya ha sido aprobado por la Comisión de Fomento del Senado, tiene todavía que pasar por el Pleno de la Cámara antes de ser enviado al Gobierno, sus conclusiones son contundentes.
La Ponencia viene a decir, después de haber escuchado a numerosos expertos y representantes de entidades públicas y privadas relacionadas con el sector, que la liberalización del mercado está siendo muy lenta, a pesar de que Renfe perdió el monopolio sobre el papel hace casi tres años, lo que está impidiendo la entrada de los privados en el negocio. “Hay que lamentar las dificultades de todo tipo que las empresas han debido de superar para lograr entrar de forma efectiva en el mercado. Buena parte de estas dificultades han sido debidas a la poca diligencia por parte de la Administración General del Estado”, asegura el informe.
Los ponentes hablan en pasado cercano al referirse a la apertura del mercado, pero lo cierto es que bien podrían hablar en presente. Según el último índice de la liberalización del ferrocarril en Europa elaborado por la firma IBM Business Consulting, España se mantiene en el vagón de cola, en el puesto número 23, con una puntuación de 630 sobre 1.000, muy lejos de los más de 800 puntos que ostentan Gran Bretaña y Alemania, que lideran el ranking. En la misma medida, los senadores ponen en la picota el nuevo modelo de gestión aplicado por Renfe Mercancías para salir de los números rojos, que se está basando en la reducción de los servicios, con especial saña en los tráficos intermodales, y en un incremento de los precios.
En este sentido, los ponentes dicen que “las medidas de gestión son muy muy importantes (para el sector), puesto que los cargadores de mercancías utilizarán el ferrocarril cuando éste proporcione una oferta competitiva con el transporte por carretera”. Esta tesis se alínea con la de los expertos del sector, caso de Emilio Fernández, presidente de Transfesa y de la Unión de Empresas Ferroviarias Privadas (UEFP), que compareció ante sus señorías, o Robert Martínez, vicepresidente de Norfolk Southern, el primer ferrocarril de carga de Estados Unidos, que defienden que no sirve de nada el incremento tarifario de Renfe Operadora, si la pública no es capaz de ofrecer un servicio atractivo y competitivo frente al camión, que es quien marca el precio. El informe de los senadores también se muestra muy crítico con el papel del Comité de Regulación Ferroviaria, un órgano dependiente del Ministerio de Fomento encarga.