Políticos y expertos del sector coinciden en “la importancia estratégica y medioambiental” que tiene para España el gas natural licuado (GNL) como carburante para el transporte marítimo. Así se puso de manifiesto en una jornada celebrada recientemente en la Escuela Técnica de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, organizada por el Proyecto Costa, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea incluida en el programa TEN-T.
En este sentido, María Jesús Ruiz, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, anunció la creación de una comisión destinada al impulso del GNL como combustible marítimo. La senadora señaló que los 11 puertos que España aportará a la red transeuropea principal, deberán tener en el horizonte 2020 “puntos de repostaje de GNL, y nuestros barcos tendrán que haber cambiado sus depósitos”.
Por su parte, Santiago Lanzuela, presidente de la Comisión de Economía y Competitividad del Congreso de los Diputados, compartió la opinión de que “la entrada del GNL en el mercado marítimo europeo supone una gran oportunidad para España”. A su vez, José Luis Almazán, coordinador español del proyecto europeo Costa, recordó que España dispone de una de cada tres instalaciones europeas dedicadas al GNL, por lo que aseguró que nuestro país “ha tomado una posición proactiva muy importante sobre este tema”. Los datos aportados por Lanzuela señalan que en estos momentos hay operando 100 barcos adaptados al GNL en Europa y se estima que en el año 2025 habrá alrededor de 1.000.
En la jornada se hizo patente que que el GNL rebaja la factura anual de carburante en más de 600.000 euros por barco. Además, para acometer la transformación de barcos y puertos en los que repostar, la Unión Europea tiene previsto aportar unos 2.000 millones de euros. En este sentido, Rafael Rodríguez, director general de Marina Mercante, aseguró que esta transformación generaría un nicho de mercado de 12 millones de euros por nave para los astilleros y de 15 millones por puerto transformado.