El 13º Salón Internacional de la Logística y la Manutención, celebrado en Barcelona entre el 7 y el 10 de junio, ha sido un fiel reflejo del lánguido escenario en el que se mueve la economía y las empresas del país tras la virulenta crisis. Es el paisaje que ha quedado después de la batalla, al que hay que acostumbrarse porque se desconoce su fecha de caducidad.
Los organizadores del SIL pueden hacer una lectura positiva de los resultados de esta edición, porque, a pesar de la adversa coyuntura de los últimos tres años, han conseguido mantener viva la llama que les animó a iniciar la aventura hace más de una década. Nadie puede discutir el argumento de que las empresas se han visto obligadas a recortar gastos y uno de los capítulos afectados es la asistencia a ferias sectoriales.
Correcto. Pero no sería suficiente, más si el SIL de Barcelona “es la feria sectorial de referencia en el sur de Europa y el Mediterráneo”. La conferencia más concurrida en esta edición fue la de Andoni Zubizarreta, ex guardameta de la selección española y actual director deportivo del Barça, también metido en temas de consultoría empresarial. Su clase versó sobre las claves para conseguir la excelencia, siempre teniendo como telón de fondo el fútbol.
Vino a concluir Zubizarreta que “sobre las excusas no podemos trabajar, sobre los problemas sí”, una lección que aprendió del maestro Iríbar en sus primeros años en el Athletic. Es seguro que el SIL busca la excelencia, es decir, no quedarse sólo como un buen punto de encuentro, sino ser un evento donde empresas expositoras y asistentes hagan negocios. Si es así, en los problemas estará la solución.
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