El autor defiende que el anterior sistema de gestión ferroviario, que detentaba Renfe en solitario, era preferible al actual, donde coexiste con el Adif y con múltiples órganos y organismos estatales y autonómicos. En su opinión, la solución para superar el deficitario e ineficiente modelo actual no es volver al pasado, sino encomendar la gestión de cada línea o grupo de líneas ferroviarias a las empresas privadas que en un concurso libre y competitivo ofrezcan las mejores condiciones, como ocurre en el transporte de viajeros por carretera.
Sin prisas pero... |