El buen comportamiento de los graneles sólidos (+2,1%) fue insuficiente para compensar la caída de los líquidos (-3,9 por ciento) y de la mercancía general (-5,8%) en el primer semestre del año.
El sistema portuario español refleja la atonía del comercio mundial. El tráfico del conjunto de puertos alcanzó los 274 millones de toneladas en el primer semestre del año, lo que supone un retroceso del 3,9 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2022, según datos facilitados por Puertos del Estado.
El buen comportamiento de los graneles sólidos fue insuficiente para compensar la caída de los líquidos y de la mercancía general. Los flujos de graneles sólidos aumentaron el 2,1 por ciento, hasta los 47,26 millones de toneladas. Y ello debido, en gran medida, al comportamiento del carbón, que creció el 25,5 por ciento, y de los cereales, que se dispararon el 40 por ciento.
La otra cara de la moneda fueron los graneles líquidos, que acusaron una bajada del 3,9 por ciento (hasta los 87,77 millones de toneladas), y la mercancía general, que retrocedió el 5,8 por ciento, con 131,82 millones.
La mercancía general convencional en el sistema portuario aguantó (+0,4 por ciento), “resistiendo sobre todo por el buen comportamiento de los vehículos en régimen de mercancía (+34,3 por ciento), consolidando la fortaleza de puertos como Barcelona, Vigo o Valencia en este tipo de tráfico”, señala Puertos del Estado a través de un comunicado.
La peor parte se la llevó el tráfico de contenedores al sumar 8,08 millones de TEUs en el primer semestre, el 8,5 por ciento menos en comparación con el mismo periodo de 2022. Un retroceso “debido, principalmente, a la tendencia, a escala mundial, de relocalización de las actividades hacia una logística de proximidad y la contracción de la demanda de bienes por la situación macroeconómica”. El tráfico que más cayó fue el de transbordo (-10,4 por ciento), seguido por el internacional (-6,6 por ciento), mientras que el cabotaje prácticamente se mantuvo (-0,4 por ciento).