El tráfico de mercancías en los aeropuerto de Castilla y León ha pasado a ser residual. A falta de conocer los datos definitivos del cierre del pasado ejercicio, el aeropuerto de Valladolid, históricamente la referencia en materia de carga aérea en la región, tan solo había movido 18.563 kilogramos en los primeros diez meses del año, muy por debajo de los 46.200 kilos alcanzados un año antes. El aeródromo vallisoletano, tradicionalmente asociado en materia de carga a los tráficos relacionados con el sector de la automoción, paga de esta forma la prolongada crisis y su especial incidencia en el recorte de costes de los fabricantes, que procuran evitar al máximo la utilización del modo aéreo para el abastecimiento de componentes.
La sangría en tráficos de Valladolid ha sido evidente en los últimos años, si bien es preciso recordar que ya se venía detectando años antes de la entrada en el actual período de crisis económica. Por su parte, el otro aeropuerto de la región que registró movimientos de mercancías fue el de León, con unos paupérrimos 814 kilogramos de enero a noviembre, muy lejos de los 6.697 del ejercicio anterior. De todos modos, León al contrario que Valladolid no es un aeródromo que tenga una gran tradición en cargo, ya que en su mejor ejercicio, registrado en 2008, no llegó a alcanzar las 16 toneladas. A su vez, los otros dos aeropuertos de la región, Salamanca y Burgos, no habían registrado movimientos de carga en todo el año a expensas de conocer los datos de diciembre. Expertos del sector consideran que este papel residual de los aeropuertos de la región en carga no variará en los próximos años.