El tramo en ancho de vía internacional (UIC) entre Figueres y Perpiñán, acabado de construir en febrero de 2009 y todavía sin estrenar por no llegar la alta velocidad hasta la frontera, admitirá trenes de hasta 750 metros de longitud, según la concesionaria TP Ferro, con lo que los convoyes serán más competitivos para las mercancías que si fueran los más usuales de 400 metros en ancho ibérico.
TP Ferro ya ha empezado a negociar con empresas de mercancías interesadas en utilizar la nueva línea, contactos “que se intensificarán cuando entre en funcionamiento”, aseguraron fuentes de la concesionaria. De cumplirse las últimas previsiones, los primeros convoyes procedentes del puerto de Barcelona comenzarán a circular por el tramo transfronterizo -gracias al denominado tercer carril que se coloca junto a la vía convencional- antes de que finalice el año, según adelantó este periódico.
Las tarifas por utilizar la nueva vía, que deben de aprobar los Gobiernos de Francia y España, todavía no se habían publicado al cierre de esta edición. Se trata de la denominada declaración de red, en la que se hacen públicas las características técnicas y los precios. Este tramo es el único de peaje de toda la red en ancho internacional que se construye en España.
Cuando se hizo con la construcción y explotación del tramo transfronterizo, TP Ferro calculó en su día un peaje medio para un convoy de mercancías de 550 euros y un tránsito de 4,2 millones de toneladas al año. Las mercancías peligrosas no podrán pasar por los 44,4 kilómetros del tramo internacional de doble vía, de los que 19,8 kilómetros discurren por territorio español y los 24,6 restantes por Francia. Los expertos también dudan que la línea admita mercancía muy pesada, aunque desde el Ministerio de Fomento se asegura que sí podrá pasar. La obra ha supuesto una inversión de 1.096,7 millones de euros, incluidos los costes de financiación, que TP Ferro recuperará a través de los peajes.