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El transporte aprende a colaborar

Francisco Aranda, Jordi Espín, Ramón Valdivia y Enric Ticó ponen en valor el carácter estratégico del sector en una mesa organizada por Transporte XXI para presentar el especial ‘Quién manda’, en el marco de su 30 aniversario.

El periódico Transporte XXI, en el marco de los actos de su 30 aniversario, organizó una mesa redonda en el SIL de Barcelona para presentar la edición 2022 del ‘Quién manda en el transporte y la logística en España’, un completo informe con los resultados económicos y financieros de cerca de 6.000 empresas de esta industria, que pone negro sobre blanco el impacto de la pandemia.

La jornada, moderada por Javier Miranda, director general de Transporte XXI, contó con la participación de cuatro pesos pesados del sector: Francisco Aranda, presidente de UNO Logística; Enric Ticó, presidente de Feteia y de Cimalsa; Jordi Espín, secretario general de Transprime y Strategic Relations Manager en European Shippers Council; y Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic y miembro del consejo de presidencia de la IRU. Tras un breve avance del estudio elaborado por este periódico, que refleja un descenso de la cifra de negocio del 4,8 por ciento en el complicado ejercicio 2020 -las empresas del sector se dejaron en el camino más de 2.200 millones de euros-, los ponentes compartieron sus reflexiones en un entretenido debate en el que coincidieron al señalar que “el transporte ha aprendido a colaborar”.

30 años de transporte xxi
Javier Miranda, director general de Transporte XXI, moderó la mesa redonda en la Sala Ágora del SIL.

El presidente de la patronal UNO confesó que “todos lo pasamos mal en 2020”, para, a continuación, apuntar que “detrás de los números hay mucho esfuerzo, mucho sacrificio y mucha capacidad de adaptación”. Francisco Aranda destacó que “lo importante es que se llegó a la conclusión de que somos un sector verdaderamente estratégico, que aporta valor añadido siempre, incluso cuando la muerte está en la calle”. Además, puso en valor que “se dio una respuesta”. El presidente de la asociación logística recordó que “el sector sí estuvo ahí, sí reaccionó, sí que cumplió con su función y sí que demostró ser estratégico”.

En la misma línea, Jordi Espín también reconoció que “lo más importante es que la logística y el transporte pasaron de ser invisibles a ser resilientes y, por primera vez en la historia, todos actuamos por el bien logístico común”. En este sentido, incidió en la necesidad de actuar de este modo sin tener que esperar a que se llegue a una situación límite. “Cuando hay un momento tan malo que genera esta posición de bien logístico común, esto es resiliencia pura. Aprendamos”.

El presidente de Feteia, Enric Ticó, también puso el foco en la capacidad de adaptación del sector. “Hemos salido con más fuerza y hemos aprendido a colaborar”.

Ramón Valdivia destacó, igualmente, que la pandemia sirvió para dar visibilidad al sector. “No se puede funcionar sin el transporte de mercancías por carretera. Somos la sangre de la economía, del comercio y de la industria”, concluyó.

‘Cargofobia’
Otro de los puntos del debate giró en torno a la tendencia al gigantismo. Sin paños calientes, el secretario general de Transprime afirmó que vamos a una ‘cargofobia’. Espín lamentó que “la voz del cliente no existe. A las navieras les importa poco la carga, solo generar beneficios”. En este sentido, defendió que “la carga tendría que tener derechos, como los viajeros”, ya que “genera riqueza por donde pasa”. Además, reiteró que “las navieras tienen que orientar sus beneficios al servicio, no ya al cliente, que ha dejado de mandar”.

Ticó también mostró su preocupación sobre el actual proceso de verticalización de las navieras ante el riesgo de que “nos lleve a un gigantismo insoportable, con una subida de precios y de costes, que ya estamos viendo”. Por último, reiteró que “estamos ante una nueva página de la historia del transporte y la logística”, tras reconocer que “es difícil mantener posiciones de pequeñas empresas con poca capacidad de financiación y de adaptación, con recursos limitados”.

Aranda reclama ayudas de los fondos europeos para la transformación del sector

“Estamos en una transformación muy profunda, cambios de modelos, de procesos, y hay que adaptarse rápido”. Así lo puso de manifiesto el presidente de UNO, Francisco Aranda, tras lamentar que “llevamos dos años viviendo en la incertidumbre, lo cual no es bueno, porque nos exige tener una tensión en la cadena de suministro muy importante y un día a día muy complicado”.

En clave positiva, Aranda destacó que “la pandemia nos ha obligado a acelerar al máximo la transformación que teníamos prevista en una serie de años”. Un camino, recordó, que ha obligado a “realizar fuertes inversiones, con recursos limitados”. Por ello, reclamó la “colaboración público-privada”, apuntando dos líneas de actuación. Por un lado, pidió la llegada de los fondos Next Generation, que “sirvan para ayudar a las empresas a resolver problemas estructurales, no coyunturales”. Y en segundo lugar, exigió reducir el peso de la fiscalidad. “Si queremos un sector competitivo, que invierta para que pueda generar más recursos y, por tanto, la recaudación aumente, es muy importante que en este momento de inversión y de dificultad, la presión fiscal no ahogue tanto como lo está haciendo ahora”.

Cambio de paradigma
El vicepresidente ejecutivo de Astic, Ramón Valdivia, también señaló que “estamos en un proceso de cambio de paradigma en las relaciones entre los operadores y quienes pagan el trabajo” e hizo una llamada a “colaborar”. Tras recordar que “la demanda no ha parado de crecer”, y no solo desde el punto de vista de la cantidad, sino también en la exigencia de calidad, menor huella de carbono, mayor precisión y puntualidad, Valdivia confesó que “todo esto no lo podemos hacer solos, tenemos que colaborar con el resto de actores de la cadena logística, empezando por los clientes y también con la Administración”. Un cambio, señaló, que “tardará en plasmarse”.