El 97% de los españoles reconoce el “papel esencial” del sector durante la pandemia, al tiempo que la mayoría de la sociedad, un 55%, cree que el Gobierno no ha estado a la altura
La crisis del Covid-19 ha reforzado la imagen del transporte por carretera, que ha dado el do de pecho durante la pandemia, garantizando el abastecimiento y suministro de productos con normalidad en condiciones extremas. El Gobierno, por el contrario, suspende.
Así se desprende de la encuesta realizada por la consultora de investigación social GAD3 para la Fundación Corell sobre el papel del sector en plena alarma sanitaria. Los datos son contundentes y no dejan lugar a dudas. Tras los meses de confinamiento, tres de cada cuatro españoles aseguraban haber mejorado la imagen y la percepción que tenían de los transportistas, casi al mismo nivel que el que han tenido los profesionales sanitarios. “Su labor ha sido fundamental para la entrega de medicamentos, alimentos y productos de ecommerce”, según reconoce el 97 por ciento de los españoles. Una valoración positiva, sin distinción por edad o zona geográfica.
La encuesta, que ha hecho pública la Fundación Corell, también revela que la mayoría de la sociedad, en concreto el 55 por ciento de los españoles, coincide en el diagnóstico: “el sector del transporte no recibió y sigue sin recibir la ayuda necesaria por parte del Gobierno”.
Además, el 86 por ciento de los españoles considera que el sector debería contar con el apoyo y la protección del Gobierno y de las autoridades, por tratarse de un “servicio esencial para la sociedad”.
Negociaciones con Transportes
Y es que la falta de sensibilidad por parte de la Administración es evidente. El Comité Nacional, que ha amenazado con un paro patronal para finales de julio, sigue esperando respuesta a sus principales demandas, cuando ha transcurrido ya casi mes y medio desde la reunión con el Ministerio de Transportes, vía telemática, para analizar la delicada situación del sector por el impacto del Covid-19
La cuestión no es baladí. La pandemia está asestando un duro golpe a esta industria. Según datos recogidos por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), un 40 por ciento de las empresas se vieron afectadas por un ERTE a lo largo de la crisis sanitaria. Al mismo tiempo, sitúa entre un 25 y un 50 por ciento de viajes perdidos para un 40 por ciento de las empresas y las previsiones apuntan a una caída de la facturación del 17 por ciento este año, es decir, unos 5.000 millones de euros.
Entre los problemas a los que está haciendo frente el sector se encuentran el incumplimiento de los plazos legales de pago, la reforma del contrato de carga y vigilancia de su cumplimiento y la falta de apoyo de la digitalización de sector. Por ello, los transportistas demandan medidas favorables para el desarrollo de su actividad.
De momento, continúan las negociaciones con el Ministerio de Transportes. La última tuvo lugar el pasado 14 de julio con la secretaria general de Transportes, María José Rallo, acompañada por la directora general de Transporte Terrestre, Mercedes Gómez, y los tres subdirectores generales de su Departamento. De la reunión salió el compromiso, por parte del Ministerio, de no introducir modificaciones en la normativa de pesos y dimensiones, así como en el pago por uso de infraestructuras, sin consenso del Comité, pero el resto de medidas propuestas, adelantadas por este periódico, siguen pendientes de definición. Así las cosas, el Comité estima “insuficientes” los pasos realizados hasta la fecha y mantiene la convocatoria de paro para los días 27 y 28 de julio, a la espera de un próximo encuentro previsto para la semana que viene.