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El transporte recupera la actividad pero no la rentabilidad, que continúa por los suelos

Las empresas de la patronal ALTC mantienen un centenar de vehículos parados, el 12% de su flota, ante los bajísimos precios que se pagan en la dársena catalana.

Las empresas de transporte de contenedores del puerto de Barcelona han incrementado alrededor del 20 por ciento su actividad en lo que va de año. El negocio del contenedor se ha reactivado, pero los precios siguen por los suelos, y con ellos la rentabilidad, que no supera el 5 por ciento, frente al 12 por ciento anterior a la crisis

Las colas de camiones, especialmente numerosas en horas punta, a la entrada de las dos terminales de contenedores del puerto de Barcelona para cargar o descargar han regresado a la dársena catalana (benditas sean, pensarán algunos), una imagen anecdótica el año pasado y signo evidente de que el negocio del contenedor se ha reactivado en los muelles. Y también han regresado las tradicionales quejas de los transportistas que piden más agilidad a las estibadoras para recoger o dejar el contenedor, y las consiguientes reuniones de las partes para implantar mejoras.

Hasta aquí, la fotografía normal, parecida, que no igual, a una instantánea pre crisis económica. El negocio del contenedor se ha reactivado, pero en el puerto de Barcelona sigue habiendo camiones parados, ni más ni menos que alrededor de un centenar, el 12 por ciento de la flota de las empresas de transporte de contenedores que agrupa la patronal ALTC, según cálculos de esta asociación.

Y es que la actividad ha vuelto, pero los precios siguen por los suelos, y con ellos la rentabilidad. “Las empresas intentan hacer con 10 camiones lo que antes hacían con 15 para ajustar los costes, y les sale más a cuenta tener algún camión parado que todos trabajando”, señalan fuentes de ALTC. La actividad ha crecido entre un 15 y un 20 por ciento en 2010 respecto a 2009, según las empresas de transporte consultadas por este periódico. Eso sí, todavía no se está a los niveles pre crisis. Pero, los precios del transporte cayeron en picado en 2009, no dejaron de bajar hasta bien entrado 2010 y no se han recuperado.

La buena noticia: “por lo menos, están estables. Desde hace un par de meses no bajan más, y confiamos en que repunten un poco en 2011”, confiaba el directivo de una empresa de transportes. “Trabajamos más, pero no estamos obteniendo más rentabilidad por los precios”, añade otro. Esta compañía, que en los primeros nueve meses del año había incrementado en más de un 20 por ciento su actividad, se mueve con un margen de rentabilidad del 5 por ciento, prácticamente el mismo que en 2009.

“Antes estábamos entre el 10 y el 12 por ciento”. En carretera (distancias superiores a los 200 kilómetros), el precio ahora se sitúa en 0,85 céntimos el kilómetro, mientras que en 2007 rondaba el euro. Otra consecuencia de la crisis es el incremento de los plazos para cobrar, en el mejor de los casos, y de los impagos, en el peor. Si en 2007, el promedio de pago era de 45 días, ahora, “lo normal son 70 días”.

Durante este año, ALTC ha tenido más actividad que en 2009 en la gestión de devoluciones o aplazamientos de cobros de sus asociados. “Nadie cumple la Ley de Morosidad”, aseguran desde la patronal. Los transportistas por cuenta propia lo tienen mejor que las empresas en las fechas de cobro: “estamos en una media de 60 días”, señalan desde Transcont. No con la morosidad, “los autónomos han dejado de cobrar, de marzo a octubre, 1,3 millones de euros que están reclamados judicialmente”, añaden. Los asociados de Transcont también han notado el repunte de actividad.

La facturación de un autónomo estaba de media entre los 3.500 y los 4.500 euros al mes hace un año. Actualmente, ronda los 6.000 euros. En cuanto a sus tarifas, “ahora, cobramos lo mismo que en 2007 y en 2009 las bajamos el 5 por ciento”. “Hay un buen entorno de relanzamiento del contenedor, pero mucha sobreoferta, muchísimos camiones”, puntualizan desde Transcont. Y ello, a su vez, incide “en las colas en las terminales”. A falta de datos oficiales, ALTC y Transcont barajan que el censo de camiones que trabajan de forma habitual en la dársena catalana ha pasado de los 1.800 a los 2.400 vehículos pesados en poco más de dos años.

La crisis se ha llevado por delante cinco empresas de transporte y casi un centenar de autónomos se han buscado la vida fuera

La crisis económica se ha llevado por delante en dos años a cinco empresas de transporte de contenedores que operaban en el puerto de Barcelona. Es el caso de Transportes Neptuno, que era una de las diez primeras en facturación hace tres años con un volumen de negocio de 8,22 millones de euros y una plantilla de 32 trabajadores en 2007. Transportes Neptuno presentó concurso voluntario de acreedores durante el pasado verano. Por las mismas fechas también cayó Spain Rail, con una plantilla de 72 trabajadores en Barcelona, su sede social, 34 en Madrid y 37 en Valencia.

Esta empresa, cuyo administrador único era Miguel Luis Servitje, arrastra deudas con más de 200 proveedores por un montante inferior a los 10 millones de euros (5,13 millones a Renfe Mercancías). Presentó un balance de situación con unos activos por valor de 3,78 millones de euros y un pasivo de 5,26 millones. Spain Rail tenía una pequeña participación en Transporte Intermodal de Contenedores (TIC), cuyo principal accionista, Vicente Ortiz, había sido presidente de la patronal del transporte de contenedores del puerto de Barcelona, ALTC. Como las dos anteriores, TIC presentó concurso voluntario de acreedores en julio de 2009 por insolvencia para afrontar los pagos.

TIC, con sede social en el mismo puerto de Barcelona, contaba con una flota de 27 camiones propios y una plantilla de 29 trabajadores. A estas tres empresas se suma Norcargo, perteneciente al fallido conglomerado empresarial Contenemar de Andrés Seguí, con una plantilla de 20 empleados. Norcargo ya registró un resultado negativo en 2008, año en el que el negocio del contenedor no fue tan mal como el fatídico 2009.

Esta compañía era una de las empresas de transporte de contenedores más antiguas del puerto, constituida en 1984. La última en desaparecer ha sido Cargo Depot, también creada en la década de los 80, controlada por el armador alemán Hamburg Süd y con una pequeña participación del Grupo Mestre Contaba con una plantilla de 35 trabajadores. La mayoría de estas empresas alegaron para el concurso voluntario de acreedores la caída de tráficos en la dársena, la pérdida de clientes con un volumen de facturación importante y el descenso de los márgenes de explotación.

La crisis ha afectado a las empresas de contenedores y a los autónomos que las mismas contratan. Casi un centenar de transportistas por cuenta propia se han dado de baja de Transcont en los dos últimos años para buscarse la vida fuera de la dársena. Eso sí, algunos de ellos han regresado. Y también hay el socio de alguna empresa cerrada que vuelve a trabajar en el puerto.

Quién es el culpable: el consignatario, el transitario o la sobreoferta

Las empresas consultadas por este periódico coinciden en que la sobreoferta de camiones en la dársena es la culpable de que los precios se mantengan por los suelos, aunque la actividad se ha empezado a recuperar. Hasta aquí las coincidencias. Para algunos transportistas, hay otros culpables, transitarios y consignatarios, mientras que para otros, ambos colectivos se dedican simplemente a hacer su trabajo, que es buscar la mejor oferta.

“Nuestro beneficio como empresa de transporte se lo lleva el consignatario”, aseguran desde una compañía que trabaja exclusivamente para este colectivo. Aunque la situación actual en materia tarifaria es más tranquila, no como hace un año, “cuando el consignatario venía cada semana con precios nuevos por debajo”, no se ha vuelto a los niveles pre crisis, cuando “no nos apretaban tanto las tuercas”.

Otra empresa de transportes culpabiliza a transitarios y consignatarios con el mismo argumento: “en lugar de cobrar solo por su trabajo, se llevan también el del transporte”. En cambio, para el directivo de una de las principales compañías en facturación de la dársena, no hay que buscar culpables. Los precios bajos responden a la lógica del mercado: “si hay mucha más oferta que demanda, la reacción del mercado es que los precios bajen (el pasado año) o no se recuperen (este)”, asegura.

La patronal ALTC y la de autónomos Transcont tienen claro que el puerto ha colaborado activamente en la sobreoferta actual de vehículos en los muelles con el plan de ordenación del transporte terrestre, el Proatrans, que investiga la Comisión Nacional de la Competencia.

Las empresas recuperan parte de lo que perdieron en 2009, pero no llegan a la facturación pre-crisis

El volumen se estima en 170 millones para 2010, la misma cifra que hace cuatro años

El negocio del contenedor ha empezado a recuperarse en el puerto de Barcelona, pero no lo suficiente para que las empresas de transporte de contenedores de la dársena vuelvan a los números pre crisis, y tardarán teniendo en cuenta la caída en picado de los precios, aunque siga creciendo el tráfico, según los propios afectados. Extrapolando la evolución del movimiento de contenedores con origen y destino en el puerto de Barcelona (sin contar el transbordo) a las cuentas de las empresas de transporte, las mismas recuperarán parte de lo perdido en 2009 al cierre de 2010.

Durante este ejercicio recuperarán 22,27 millones de euros de los 38,52 millones que perdieron en 2009 en comparación con 2008, que ya fue un año de casi estancamiento. La cifra de negocio se situará en aproximadamente 170 millones de euros, la misma que en 2006 y sensiblemente más baja que la registrada en 2007 (184,19 millones de euros) y en 2008 (187,03 millones).

El año 2008 supuso un punto y aparte en la evolución del negocio de las empresas de transporte del puerto de Barcelona. Con incrementos superiores al 7 por ciento e, incluso, al 10 por ciento de los ejercicios precedentes, la facturación de estas compañías solo creció el 1,6 por ciento en 2008 (187,03 millones), de acuerdo con el estudio sobre la evolución de este sector elaborado por TRANSPORTE XXI en base a los asientos depositados por las compañías en el Registro Mercantil. Y es que la crisis ya había hecho su aparición en los muelles en el último trimestre de 2008.

La media de facturación por operador ascendió a 3,66 millones de euros, cifra similar a la de 2007 (3,70 millones). Casi un tercio, 16 de las 51 empresas analizadas, registraron resultados negativos, lo que supone más del doble que en 2007. En la cabeza del ranking no hubo variaciones significativas: se mantuvo en primera posición Cotransa, seguida de Transportes Portuarios, Butransa (cuarta en 2007) y Transportes Pastor (tercera en 2007).

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