Otra cosa es el papel de los políticos, que una vez más se han olvidado del transporte en un momento crítico.
El transporte está sabiendo estar a la altura. El sector ha conseguido ofrecer una respuesta serena y profesional a la hora de hacer frente a la alarma social que se ha creado en todo el planeta como consecuencia de la propagación del coronavirus. Un ejercicio de madurez de un sector que el conjunto de la economía mundial debería agradecer y reconocer.
Las empresas de transporte y logística han cogido el toro por los cuernos ante una crisis pandémica que amenaza a los mercados en su conjunto, pues no en vano el más afectado está siendo el principal exportador mundial, el chino. El gigante asiático empieza a dar muestras de recuperación. Buena noticia. Aunque quizá no convenga ni mucho menos lanzar las campanas al vuelo en un contexto todavía alimentado en buena dosis por la incertidumbre. En todo caso, durante estas semanas de alarmismo social generalizado, el transporte y la logística están adoptando medidas y planificando protocolos de actuación para conseguir asegurar los flujos logísticos de sus clientes en España y Europa. Soluciones imaginativas, como habilitar puentes aéreos y ferroviarios de emergencia entre Asia y Europa para garantizar el abastecimiento de la industria de la UE y España, demuestran la capacidad de adaptación a cualquier circunstancia anómala que tiene este sector.
A pesar de la alarmante coyuntura que nos está tocando vivir, las empresas del sector no han cesado su actividad y siguen atravesando países con especial grado de incidencia en la extensión del peligroso virus, como pueda ser el caso de Italia en nuestro continente. El tiempo pasará y esperemos que esta crisis de tamaño descomunal quede para todos en un simple mal recuerdo para un momento muy puntual, pero lo que sí que está quedando en los anales de la historia del sector es su capacidad para estar a la altura de una grave circunstancia y saber dar una respuesta eficaz, lo que se ha convertido en un mensaje de tranquilidad.
Otra cosa es el papel de los políticos, que una vez más se han olvidado del transporte en un momento crítico.