Crece la diferencia entre los precios y los gastos de explotación de un camión en un escenario de fuerte descenso de los tráficos.
El transporte por carretera, un buen termómetro para medir la salud de la economía, no levanta cabeza. Los últimos datos facilitados por el Ministerio de Fomento son demoledores. La diferencia entre los precios y los costes es cada vez mayor, en un escenario de fuerte caída de la actividad y con el gasóleo en máximos históricos.
La incapacidad del sector del transporte por carretera para repercutir a sus clientes el incremento de costes es cada vez más patente. Los últimos datos de Fomento son demoledores y dibujan un escenario nada halagüeño (ver gráficos adjuntos).
El precio medio por kilómetro en carga registró el pasado año una subida del 2,5 por ciento -el 4 por ciento para distancias mayores de 300 kilómetros-, mientras los costes directos para un vehículo articulado de carga general aumentaron un 5,9 por ciento, que en el caso de los frigoríficos articulados se elevaron hasta el 6,2 por ciento. Es decir, se incrementa la divergencia entre los precios y los costes, “similar a la que hubo en 2008”, fecha del último paro nacional del transporte, según recuerdan fuentes del sector.
En concreto, desde el año 2000, el precio del transporte creció un 34,7 por ciento, frente al espectacular incremento de los costes, que se dispararon un 49 por ciento. Todo ello en un escenario de recesión de tráficos, como consecuencia de la crisis, y con el gasóleo, que representa cerca del 40 por ciento de los gastos de explotación de un camión, en máximos históricos. Una difícil coyuntura que se dejó sentir con más fuerza al final del pasado ejercicio.
Así, mientras los costes directos de explotación de un vehículo crecieron cerca de un 2 por ciento entre el 31 de octubre de 2011 y el 31 de enero de este año, los precios se desplomaron un 0,5 por ciento en el último trimestre de 2011. El dato más negativo se dio en las distancias entre 101 y 200 kilómetros, con una bajada de los precios del 1,3 por ciento con respecto al mismo trimestre del año anterior, que contrasta con la ligera subida del 1,1 por ciento en las distancias superiores a los 300 kilómetros.
CAE LA ACTIVIDAD
La actividad, por su parte, también mantuvo su tendencia a la baja en 2011, más acentuada en el último trimestre. De hecho, las toneladas transportadas cayeron un 4,8 por ciento entre los meses de octubre y diciembre. En concreto, un 4 por ciento en el transporte intrarregional y un 7,8 por ciento en el interregional, con un dato ligeramente positivo en el internacional con un crecimiento del 1,4 por ciento, aunque en el trimestre anterior las toneladas transportadas habían registrado un aumento del 7 por ciento.
Así las cosas, el año 2011 cerró con un descenso del 2,1 por ciento en las toneladas transportadas, tras caer cerca de un 6 por ciento en 2010, mientras las toneladas- kilómetro producidas y los kilómetros recorridos en carga también bajaron un 1,1 por ciento y un 1 por ciento, respectivamente. En el año 2009, primer ejercicio después del estallido de la crisis económica, el batacazo fue aún mayor, tras desplomarse la actividad cerca de un 15 por ciento en las toneladas transportadas y un 12,1 por ciento en las toneladas-kilómetro producidas.
El sector empieza a hacer sonar los tambores de guerra
El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció en una charla informal con sus colegas europeos que la reforma laboral le iba a costar una huelga general, a la que los sindicatos se encargaron de poner fecha: el 29 de marzo. Pues bien, el transporte por carretera, acostumbrado a pegar puñetazos encima de lamesa y a morir matando, no quiere ser menos.
Algunas organizaciones ya han hecho sonar los tambores de guerra. Es el caso de Fetransa, que exige a la Administración que “adopte con carácter urgente medidas para rescatar de la crisis a los autónomos y pymes del sector” y no descarta llevar a cabo movilizaciones. Todo un despropósito y más con la que está cayendo. Pero también Ovidio de la Roza, presidente del Comité Nacional y de Conetrans, buque insignia de la patronal CETM, aseguró que no renunciaba a un paro patronal.
El mundo al revés… Eso sí, “como respuesta final a una situación irresoluble”. Ciertamente, la situación es crítica y el sector aún tiene que quemar muchas etapas para dar por finalizada su larga travesía por el desierto. Los datos de los últimos observatorios facilitados por Fomento no dejan lugar a dudas. El gasóleo alcanza máximos históricos y se disparan los costes.
Por contra, los precios se hunden y la actividad sigue su tendencia a la baja, tras caer un 4,8 por ciento las toneladas transportadas en vehículos pesados en 2011. Con todo, el problema del sector, excesivamente atomizado, es estructural. Ymientras no se aborde con seriedad, los males seguirán siendo losmismos. El chantaje de las huelgas se ha demostrado ineficaz.
Sólo sirve para empobrecer más al sector y arrancarmedidas coyunturales. Parches… Y ya se sabe que “no hay viento favorable para quien no sabe dónde va”. ¿Se atreverá alguien a dar el primer paso para poner en valor, de una vez por todas, a un sector estratégico para el desarrollo de la economía con un lenguaje empresa- El precio del gasóleo rial claro o todo seguirá igual?