El 55% externaliza para ganar competitividad ahorrando costes, según un estudio de CTC.
El número de empresas españolas que externalizan más de una función o proceso productivo se ha quintuplicado desde el inicio de la crisis económica, según un estudio de CTC Externalización. El análisis se basa en una encuesta a 1.500 empresas de un amplio abanico de sectores como la alimentación y bebidas, distribución y laboratorios farmacéuticos. Únicamente el 12 por ciento de las empresas encuestadas tenían un proceso externalizado en 2007.
Hace cinco años, el recurso al outsourcing se limitaba, básicamente, a procesos periféricos de logística, almacenamiento y apoyo administrativo. Actualmente, el 62 por ciento de las compañías consultadas señalan que tienen dos o más procesos externalizados que, con anterioridad, cubrían de forma interna. De acuerdo con el estudio de CTC Externalización, estos procesos de outsourcing han ido ganando valor añadido, ampliándose a los recursos humanos y administración, informática y redes de venta, entre otras actividades.
Algunas de las empresas encuestadas llegan al punto de que “comienzan a entrever un futuro en el que únicamente el I+D, marketing, dirección financiera y dirección general serán internas”. El 55 por ciento de las compañías han decidido externalizar ante la necesidad de ganar competitividad a través de la reducción de costes. Un 22 por ciento apunta al incremento de la flexibilidad a la hora de hacer frente a las fluctuaciones de la demanda, mientras que un 6 por ciento argumenta la necesidad de convertir costes fijos en variables para externalizar.
El informe detecta otras razones, además de las puramente relacionadas con los costes de producción, que intervienen cada vez más en la decisión de recurrir a la externalización. Así, un 10 por ciento de las empresas encuestadas considera que confiar determinadas funciones a expertos externos supone un aumento de la calidad en las mismas. Un 7 por ciento afirma que se logra simplificar la gestión.
Sin embargo, todavía persisten estereotipos que limitan la progresión de la externalización. El principal es la creencia de que provoca una pérdida de know-how interno. Además, se cree que la rotación de personal es muy alta y que los clientes de las empresas de externalización “se deben quedar” con la plantilla que trabaja en sus instalaciones en caso de concluir el acuerdo.