Si no llegan las ayudas al transporte, o llegan tan tarde como las mascarillas, no habrá sector que salvar
Ha pasado ya más de un mes desde la declaración del estado de alarma y aún quedan por delante semanas de confinamiento. Pero al igual que el transporte, y otros colectivos profesionales que están en primera línea, seguimos en ruta para dar cuenta de la actividad de una industria que bien merece matrícula de honor.
Dicen que somos “valientes por trabajar desde casa”. Yo tengo otro concepto de lo que verdaderamente significa esa palabra. Lo que sí creo es que somos unos privilegiados.
Con un pelín de esfuerzo, y sacrificio, que es lo que toca en estos tiempos tan difíciles, hemos logrado adaptar nuestra organización interna en tiempo récord para teletrabajar. La oficina del periódico se ha convertido en la suma de los rincones más variopintos de nuestros hogares y los Consejos de Redacción in situ han dado paso a encuentros virtuales mediante videoconferencias. Gracias a las nuevas tecnologías, estamos más conectados que nunca y hemos podido cumplir con nuestro compromiso de seguir editando TRANSPORTE XXI. Y en abierto para todo el mundo en nuestra página web. Nuestro granito de arena en esta crisis, porque juntos es como vamos a vencer a este enemigo invisible.
Otras muchas empresas y sectores no han tenido la opción de teletrabajar desde casa. Las últimas cifras de desempleo son una clara muestra. El paro registrado en marzo se disparó un 9,3 por ciento. La mayor subida mensual de la historia. Incluso los transportistas, que siguen rodando, están empezando a sufrir en sus carnes la caída de tráficos, próxima al 50 por ciento, debido a la paralización de actividades productivas e industriales no esenciales y al riesgo de que se paralicen rutas al no poder cubrirse los retornos en vacío en esta coyuntura. Si no llegan las ayudas al transporte, o llegan tan tarde como las mascarillas, no habrá sector que salvar. Una verdadera lástima que con la que está cayendo, la improvisación siga en el ADN de los políticos.