La presente edición de TRANSPORTE XXI recoge una muestra de diferentes voces autorizadas sobre la situación actual y las principales medidas que se deberían adoptar para encauzar el futuro de la carga aérea en España. En todas ellas encontramos el escenario común de la dejadez y el olvido por parte de la Administración, lo que repercute negativamente en un sector que tiene que ser clave en un contexto económico en el que el incremento de las exportaciones se antoja como fundamental para retornar a la senda del ansiado crecimiento. El Gobierno debe empezar a entender que es hora de apostar por potenciar el negocio de la carga aérea, vía bonificaciones a empresas que apuesten por nuevas rutas, vía mejora de la operatividad del sistema eliminando barreras y limitaciones para poder así contribuir al ahorro de costes, etc.
Además, los encuestados asumen que el sector tiene que saber dar pasos hacia una mayor promoción de sus ventajas (rapidez, ahorro de costes financieros y de seguros, menor incidencia de desperfectos en la mercancía…). En definitiva, conseguir ser más didáctico. Se trata de impulsar una demanda que todos coinciden que tiene un gran potencial en el caso del aéreo. En este sentido, resultará también clave la colaboración de todos los actores implicados e incluso la creación de lobbys para el impulso del negocio. Además, la comunidad de la carga aérea apuesta por unas tarifas competitivas, por no centrarse en un único producto y por seguir avanzando en los procesos de internacionalización. El sector lo tiene claro. Ahora falta que la Administración se ponga por fin a la altura.