La llegada del Euro 6 incrementa su peso en el conjunto de vehículos de más de 3,5 tm.
El año 2013 sólo registró números negros en las matriculaciones de tractoras, que experimentaron un crecimiento del 6,5 por ciento con respecto al ejercicio anterior. El resto de segmentos, pese al efecto positivo de la llegada de la normativa Euro 6, que entró en vigor a principios de este año, no consiguió salir de la tinta roja
Muchos encontrarán en el 6,5 por ciento de aumento de las matriculaciones de tractoras en 2013 un motivo de alegría e, incluso, una proclama de renovación. De hecho, en el momento de escribir estas líneas, ya comienzan a sonar las campanas para celebrar que el mercado de camiones de más de 3,5 toneladas se haya recuperado un 2,4 por ciento en 2013 y un 3 por ciento si nos ceñimos al segmento de más de 6 toneladas. Pero la triste realidad es que la valoración más objetiva de esos resultados es que se trata de ‘pan para hoy y hambre para mañana’.
En efecto, las 9.731 tractoras matriculadas el pasado año han sido posibles gracias a un adelanto de la demanda de buena parte de 2014 a los últimos meses de 2013 para que los transportistas pudieran llevar a cabo la renovación de flota con vehículos impulsados por motores Euro 5, más baratos que los Euro 6, normativa esta última que ha entrado en vigor para los vehículos nuevos -con algunas salvedades y decalajes- a comienzos de 2014. Esto quiere decir que aunque las medidas que pueda tomar el gobierno para que los fabricantes den salida a los “stocks” de Euro 5 ya importados que resten en su poder o puedan matricular aquellos vendidos antes de que concluyese el año, pero que no pudieron ser matriculados, sirvan para maquillar un poco los resultados del primer trimestre del año que acabamos de comenzar, en el segundo trimestre la realidad nos estará esperando con la rebaja que pondrá las cosas en su sitio.
Y si no, al tiempo. Para subrayar el impacto distorsionador de la llegada de las normas Euro 6 sobre la demanda de tractoras, baste decir que, a finales de 2012, el segmento mostraba un retroceso del 10,4 por ciento. Aún más, en los nueve primeros meses de 2013, el segmento de tractoras se encontraba aún un 11,3 por ciento por debajo de las matriculaciones registradas en idéntico período del año anterior. Estos datos deberían forzar inexcusablemente el acto de contrición de quienes hasta el último momento defendieron que la crisis iba a diluir el efecto distorsionador de la llegada de la normativa Euro 6.
LAS TRACTORAS GANAN PESO
Además, el tremendo empujón de las matriculaciones de tractoras en la recta final de 2013 ha venido a incrementar aún más el peso de estos vehículos en el mercado de más de 3,5 toneladas, lo que invalida cualquier valoración de tendencia construida a partir de las matriculaciones totales. Si a finales de septiembre, el peso de las tractoras era un ya anormal 66,2 por ciento, a finales de 2013 dicho peso se había incrementado hasta alcanzar nada menos que el 72,4 por ciento. Hay que subrayar que la bonanza en el segmento de tractoras no ha sido general, con dos marcas, Renault Trucks y Scania, retrocediendo un 36 y un 16,8 por ciento, respectivamente.
Entre los motivos que justifican ese comportamiento quizá se encuentre la fortaleza de la corona sueca, que haya hecho imposible competir por precio en las operaciones de renovación de flotas a ambas marcas. Algún lector despistado quizá esté pensando que eso puede ser válido para Scania pero no para la francesa Renault Trucks. Conviene que todos nos vayamos mentalizando que Renault Trucks pertenece ahora al grupo sueco Volvo, por lo que también se ha podido ver perjudicada por una desfavorable paridad monetaria.
Tampoco puede descartarse, en el caso de Renault Trucks, una inadecuada gestión en el tiempo de la renovación de gama de esta última por parte de su patrono sueco, que podría haber dilatado excesivamente el lanzamiento de nuevos productos, viéndose forzado a hacerlo finalmente a toda prisa y de manera supuestamente generalizada. De hecho, muchos de los modelos anunciados en junio de del pasado año, no se comenzarán a fabricar realmente hasta dentro de muchos meses y ni siquiera se sabe cuál será la incidencia de la profunda reestructuración industrial del grupo Volvo en la aparición de esos nuevos productos.