Sin la mochila de Vivienda, que vuelve a tener cartera propia, el transporte y la movilidad sostenible tiene ahora toda la atención del nuevo ministro, Óscar Puente.
El presidente Pedro Sánchez, en su apuesta por un “alto perfil político” en la confección del nuevo Gobierno para afrontar una legislatura, a todas luces, complicada, ha elegido a Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y diputado en el Congreso, para relevar a Raquel Sánchez al frente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ya sin el cartel de Agenda Urbana. Su apoyo sin fisuras, como en la réplica a Alberto Núñez Feijóo en su intento de investidura, en el que cobró mucho protagonismo, ha tenido premio. Se ha hecho con una de las carteras más importantes del Ejecutivo y con mayor dotación presupuestaria.
El nuevo ministro llega a Nuevos Ministerios como un niño con zapatos nuevos. En su primera intervención, tras el tradicional intercambio de carteras ministeriales, con una sonrisa de oreja a oreja, ha dejado clara su prioridad: “la transición hacia una movilidad sana, sostenible y segura” a la velocidad de la luz. Y decidido a dejar su impronta, dejó toda una declaración de intenciones: “Estoy en política para hacer cosas, no para estar”.
Si cumple su palabra, sin duda será una buena noticia para el sector del transporte y la logística, porque faena, si de verdad quiere ponerse el mono de trabajo y bajar a la arena, no le va a faltar. Pese a señalar en su discurso que “las cosas están magníficamente bien encaminadas”, reflejo del buen trabajo de su antecesora en el cargo y su equipo, queda mucho por hacer después de cuatro meses de un Gobierno en funciones, en un contexto de incertidumbre e inestabilidad. Y las principales organizaciones sectoriales ya se han apresurado a enviar su particular ‘carta a los Reyes Magos’. Sin la mochila de Vivienda, que vuelve a tener cartera propia, el transporte y la movilidad sostenible tiene ahora toda su atención.
Uno de los frentes abiertos, que encaja como un guante con su apuesta por la descarbonización, es el impulso del tren de mercancías en España, en el furgón de cola de la UE, y cumplir así con el compromiso dado a Bruselas a cambio de evitar la implantación de peajes en las carreteras. Una de las cuestiones más urgentes en este apartado será la aprobación de la entrada de Medlog, del Grupo MSC, como socio estratégico de la pública Renfe Mercancías, a la que tiene que dar la vuelta como a un calcetín para que entre en la buena vía.
Otra de las ‘patatas calientes’, encima de la mesa del Consejo de Ministros desde hace casi un año, es la ampliación norte del Puerto de Valencia, donde MSC proyecta una terminal de contenedores automatizada. En modo marítimo, también está pendiente abrir el melón de la gobernanza portuaria, con la transferencia de competencias como telón de fondo, y la espada de Damocles del ETS. Y en la carretera, los temas se multiplican, con la prioridad de retomar, cuanto antes, la agenda de trabajo iniciada en la anterior legislatura con el Comité Nacional para completar cuestiones pendientes, como la modificación de la normativa de masas y dimensiones de los camiones.
En su intervención también puso en valor el buen trabajo del personal del Ministerio, destacando su “conocimiento técnico, rigor, capacidad de trabajo y esfuerzo”. De hecho, sería un gran acierto la continuidad en su núcleo duro de la secretaria general de Transportes, María José Rallo, y del director general de Transporte Terrestre, Jaime Moreno. Falta por conocer aún la estructura del Ministerio y su equipo tras desvelar las primeras novedades. José Antonio Santano, exalcalde de Irún, será el nuevo secretario de Estado. Y se crearán dos secretarías generales, una de Transporte Terrestre y otra de Marítimo y Aéreo, cada una de las cuales integrará también infraestructuras. Por el bien del transporte, y, dado su carácter estratégico, de la economía y la sociedad, ¡la mejor de las suertes!