El modelo de estiba en España sigue en entredicho. Dos décadas después del nacimiento de las sociedades de estiba, Bruselas ha descubierto que el sistema atenta contra la libertad de contratación. Da igual quien sea el propietario, ayer el Estado, hoy las empresas estibadoras. El modelo sigue funcionando igual, con algunas mejoras como que hoy son las empresas las protagonistas y no las autoridades portuarias, que se han quedado en guardianes del denominado interés público. Pero, ¿cómo es posible que ningún abogado del Estado, ni los diputados, ni tanto asesor, ni el Consejo de Estado, se diera cuenta de que nuestro sistema iba contra la legislación europea? Algo falla en España cuando han tenido veinte años para darse cuenta. Tanto las sociedades estatales, como las intermedias APIEs como las actuales SAGEPs son lo mismo. Cómo no van a ser lo mismo si en España han convivido los tres modelos. Ni PSOE ni PP supieron dar una buena solución a la Ley, una vez más. El sistema de contratación en los muelles, a través de la bolsa de portuarios, es muy interesante para las estibadoras. La bolsa supone que sólo contratan cuando hay buque y cuando no, no. Si todo el pasivo laboral se internalizara, los costes crecerían. Pero el Estado no puede obligar a contratar así. Las empresas deben ser las abanderadas de la libertad de contratación y el Estado garantizar su derecho. ¿Qué miedo hay? Hagan las cosas bien: modelo de libertad y sistema formativo de acceso al muelle. Para la discusión: cómo optimizar salarios y pasivos laborales con productividad y con garantías de trabajo. Hoy el negocio necesita estabilidad legal sin confusión. Es el reto.
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