La delicada situación económica en Europa frena la recuperación.
Los fabricantes de vehículos industriales empezaron en 2010 a recuperarse de la crisis y, durante algunos meses, registraron incrementos de dos dígitos en sus ventas, lo que les planteó problemas serios con los suministros, ya que su rápido aumento del ritmo de producción para sacar el máximo partido a tal recuperación de la demanda no fue respondido con suficiente rapidez por parte de sus proveedores de sistemas y componentes. Sin embargo, aunque en Estados Unidos la evolución positiva se mantiene, no puede decirse lo mismo de Europa, donde muchos expertos han revisado ya sus previsiones de crecimiento.
Aún se desconoce el efecto que la crisis de la eurozona va a tener en los resultados de los fabricantes europeos de camiones en el tercer trimestre, pues los mismos empezarán a conocerse poco después de enviar estas líneas a imprenta. Hay quienes piensan que va a haber algún disgusto con esos resultados. Por el momento, el constructor sueco Scania ha salvado la cara, aumentando su volumen de negocios un 14 por ciento en el tercer trimestre hasta los 21.300 millones de coronas (unos 2.314 millones de euros). Pero ya ha anunciado que su producción europea se recortará de un 10 a un 15 por ciento a partir de noviembre. Por su parte, Dieter Zetsche, presidente ejecutivo de Daimler, no ha cancelado por ahora sus previsiones de que el mayor fabricante europeo de camiones desarrollaría su actividad en un mercado creciente hasta 2013.
Tom Linebarger, que se hará cargo a primeros de 2012 de la presidencia de Cummins, el fabricante estadounidense de motores para camiones, cree que los próximos seis o nueve meses van a tener la incertidumbre como nota dominante. Linebarger cree que Europa va a llevar a Occidente a una nueva recesión y añade que no le sorprendería lo más mínimo que dentro de tres o cuatro meses, se confirmara que EEUU está también en recesión. Además, la fuerte inflación de países como la India y China, convertidos en la reserva material de Occidente, está forzando a las autoridades de ambos países a tomar medidas encaminadas a enfriar la demanda, como el aumento de los tipos de interés, lo que podría suponer un duro golpe para las compañías que tienen puestas todas sus esperanzas en esos mercados.