España se juega mucho en los próximos meses, ya que se encuentra ante una oportunidad histórica para conseguir financiación para sus infraestructuras de transporte. Y es que la reciente convocatoria de la Comisión Europea para otorgar fondos a proyectos para la mejora de las conexiones de transporte en el marco de su mecanismo ‘Conectar Europa’ no debería dejarse escapar.
El Ejecutivo de Rajoy tiene en sus manos la obligación de capitalizar la mayor cantidad posible de fondos europeos en esta convocatoria, para dar así un arreón a corto plazo en aquellos tramos de los corredores Atlántico y Mediterráneo que se localizan en nuestro país.
El próximo 26 de febrero es la fecha clave marcada por Bruselas para que los distintos Estados pongan sobre la mesa sus proyectos, que pasarán el filtro de una evaluación externa independiente como paso previo para obtener el visto bueno definitivo de la Comisión Europea.
La voluntad por apostar por estos proyectos a corto plazo es tal que el Ejecutivo europeo pretende dotarles de manera inmediata con el 40 por ciento de la financiación obtenida en un plazo de 30 días, a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y otras instituciones de crédito.
Bruselas ha dejado ya claro que el criterio de adjudicación no se establecerá por país, sino por proyecto. De ahí que si la Administración española hace sus deberes de una forma óptima, podría acaparar buena parte de la citada financiación.
En este sentido, España parte con la ventaja de su experiencia adquirida, ya que en el pasado ha logrado tasas elevadas de utilización de fondos europeos. La importancia de esta convocatoria se concreta en que el anterior programa europeo para las conexiones de transporte (TEN-T) contó con una dotación de 8.000 millones entre 2007 y 2013, mientras que el actual absorberá 26.000 millones de 2014 a 2020, de los cuales 11.900 millones serán adjudicados el próximo verano.