Mantiene autorizaciones hasta 3,5 tm y exige a los transportistas idénticos requisitos que a los operadores para la intermediación.
Fomento cede a las presiones del sector y recoge parte de sus reivindicaciones en el Proyecto de Ley para la reforma de la LOTT. Finalmente, mantiene las autorizaciones para los vehículos de hasta 3,5 toneladas y exigirá a los transportistas cumplir idénticos requisitos que a los operadores para actuar como intermediarios
El Ministerio de Fomento frena sus ansias liberalizadoras ante las presiones de los transportistas y operadores y recoge buena parte de sus reivindicaciones en el Proyecto de Ley para la modificación de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT), que entró en el Parlamento el pasado 24 de mayo. El sector ve con buenos ojos, aunque con matices, los cambios introducidos en el texto en relación con las autorizaciones de menos de 3,5 toneladas y la intermediación de los transportistas, aspectos más conflictivos de la Ley.
No obstante, las principales organizaciones sectoriales mantienen que la normativa continúa generando “inseguridad jurídica y confusión de las actividades de transporte y operador”, por lo que anuncian que plantarán batalla durante el trámite parlamentario. Como ya adelantó este periódico, uno de los puntos más controvertidos del Anteproyecto para la modificación de la LOTT que había hecho saltar todas las alarmas, sobre todo en el sector de la carga fraccionada y lo que es reparto, era la liberalización del sector ligero.
El borrador de Fomento contemplaba la eliminación de la tarjeta a los vehículos de menos de 3,5 toneladas. Las organizaciones sectoriales, tras poner el grito en el cielo, advirtieron que la supresión de esta autorización administrativa, cuyo titular, según la normativa vigente, es considerado un autónomo, podría derivar en una relación laboral. En román paladino, las empresas de esta actividad, una de las más castigadas por la crisis, tendrían que contratar como empleados a esta ‘bolsa de autónomos’, con el consiguiente aumento de los costes de explotación, que no podría ser absorbido actualmente por el mercado”, según denunciaron algunas patronales.
Con la nueva redacción, el Departamento que dirige el ministro José Blanco salva este escollo al mantener la necesidad de solicitar una autorización de transporte para los vehículos de hasta 3,5 toneladas. Como contrapartida, para obtener dicha tarjeta no se exigirá tener capacitación profesional ni realizar el visado periódico de la misma. Otra de las medidas que causó un gran malestar a las agencias y comercializadoras de transporte era el reconocimiento automático a los transportistas para ejercer como intermediarios sin necesidad de tener que obtener la autorización de operador de transporte.
Los operadores recordaron que la actividad de mediación ya está liberalizada y que cualquiera puede desarrollar con sólo cumplir una serie de requisitos de capacitación profesional y económica que, añadieron, se “deben seguir manteniendo para evitar sumir al sector en el desconcierto y desestructuración”. Una petición que ahora Fomento ha recogido en el Proyecto de Ley al exigir el cumplimiento de “idénticos requisitos”. Con todo, una de las principales críticas se centra en la eliminación de las figuras jurídicas que en la actual normativa desarrollan las actividades auxiliares y complementarias del transporte, ya que el nuevo texto de la LOTT elimina los artículos que definen sus funciones.