Ha sido visto y no visto. De puntillas, sin hacer ruido y lejos de los focos mediáticos, al director general de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento, Juan Miguel Sánchez, no le ha quedado otra que reconocer su error en el último proceso de renovación del Comité Nacional del Transporte por Carretera.
Tras agotar todos los plazos establecidos para cumplir la sentencia judicial que dio la razón a la platronal Astic en su contencioso con Fomento, al que acusó de “favorecer injustificada y arbitrariamente a Fenadismer” en la actualización de la representatividad de las asociaciones realizada en 2005, Sánchez se ha visto obligado a corregir la actual composición de la sección de internacional.
Una simple carta a las partes implicadas, adjuntando la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, para comunicar la nueva correlación de fuerzas y punto final de la historia. El ‘delito’ no era de tal magnitud como para condenar la lapidación pública, ni siquiera como para esperar dimisiones, algo que no es costumbre entre la clase política de este país, pero no habría estado de más que el máximo responsable de la Dirección General de Transporte Terrestre hubiese entonado el ‘mea culpa’.
Pero ni eso. Ni una nota de prensa, ni un comunicado… Es más, ni siquiera se ha corregido la actual composición del Comité Nacional en la página web de Fomento, donde aparece todo igual, no vaya a ser que alguien se entere de este entuerto.
También sorprende, y no es para menos, el silencio del presidente del Comité, a la sazón vicepresidente de CETM, fuerza mayoritaria en este órgano sectorial. ¿Por qué será?…