Fomento deberá decidir en 2010 si financia la obra del acceso norte al puerto de Valencia

La infraestructura, vital para la ampliación, tiene un coste de 850 millones de euros que la Generalitat Valenciana se niega a asumir en solitario por ser “obra de interés general”.

Fomento deberá decidir si incluye su financiación en la obra del acceso norte al puerto de Valencia dentro del futuro protocolo de carreteras que estudia firmar en 2010 con la Generalitat Valenciana. La obra, vital para la ampliación norte del recinto, tiene un coste de 850 millones de euros y la Generalitat se niega a asumirla en solitario

El Ministerio de Fomento deberá decidir en 2010 si financia la obra del acceso norte al puerto de Valencia, infraestructura vital para la ampliación en ejecución del enclave y que tendrá un coste de 850 millones de euros. La posibilidad está abierta desde el pasado 14 de julio cuando el ministro de Fomento, José Blanco, acordó con el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, la firma de un nuevo protocolo de carreteras para la Comunidad Valenciana en 2010, que dé continuidad al firmado en 2005 y otro ferroviario. Asimismo, Fomento elaborará un mapa de nodos logísticos y accesos a puertos de interés general del Estado.

El proyecto del acceso norte al puerto de Valencia es una reivindicación histórica tanto de la Autoridad Portuaria como del empresariado valenciano. Cuando se cumplen dos décadas del primer estudio realizado por la Cámara de Comercio de Valencia, la batalla por su construcción no ha cesado. El documento firmado en abril de 2005 por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por el que la administración autonómica se comprometía en solitario a financiar las obras hoy ya es papel mojado. Los estudios realizados por la Generalitat Valenciana han pasado de cuantificar las obras de 250 millones a un total de 850 millones de euros, tras incluir toda la normativa de seguridad en materia de túneles, por lo que dada la precaria situación de las arcas autonómicas y el hecho de que sea una obra para el acceso a un puerto de interés general, la Generalitat quiere ahora que Fomento se comprometa a asumir la obra prácticamente en su integridad o con la creación de un consorcio público-privado para su financiación.

De hecho, fuentes de la Autoridad Portuaria señalan que “un buen esquema de financiación sería 60 por ciento de inversión pública y 40 por ciento de financiación privada”, a lo que podrían añadirse fondos europeos, de acuerdo al compromiso asumido por la anterior dirección de Puertos del Estado de buscar financiación para ejecutar la obra que es necesaria para alimentar a la nueva terminal de contenedores que se construirá en la ampliación norte, cuyas obras de abrigo están en la actualidad en ejecución. La financiación pública deberá permitir que el acceso norte, que será de peaje, pueda tener un coste asumible para los usuarios.

El consejero de Infraestructuras y Transportes de la Generalitat Valenciana, Mario Flores, ha señalado a este periódico que “a principios de 2010 presentaremos a Fomento un ambicioso plan de carreteras, ferroviario y de accesos a los puertos de interés general”. El plan debe marcar el diseño de estas infraestructuras en el horizonte de la década 2010-2020. En este sentido, la Consejería de Infraestructuras tiene un completo estudio sobre el trazado del acceso norte y cuenta con “ocho opciones distintas” de construcción de la carretera. Por su parte, Fomento tiene desde 2001 un estudio informativo terminado sobre el acceso norte al puerto de Valencia y con declaración de impacto ambiental aprobada en 2002.

Aquel estudio planteba una solución de acceso desde el norte que permitía reducir el recorrido de los vehículos usuarios del puerto en alrededor de 18 kilómetros. La alternativa, elegida por el ministro Alvarez Cascos, se iniciaba a la altura del acceso por carretera de Valencia por el norte de la N-221, desarrollándose paralelamente a la vía férrea hasta que ésta se transforma en subterránea, con un trazado próximo a la costa, con una longitud total de cuatro kilómetros, de los cuales tres y medio eran de túnel.