La situación del transporte por carretera, termómetro de la economía, es “dramática”, como apuntan varias patronales del sector, que reclaman la aplicación de medidas urgentes para impulsar el desarrollo económico, la generación de empleo y la competitividad de las empresas. Los datos recogidos en la página web de Fomento son demoledores y no dejan lugar a dudas. A falta del cierre definitivo de 2012, la carretera había perdido hasta mediados del pasado mes de diciembre la friolera de 5.700 empresas, con una merma de casi 45.000 autorizaciones de transporte de vehículos pesados y ligeros, lo que supone una reducción de la flota del 13 por ciento, que sitúa el mercado en niveles de 2003. El resto de indicadores tampoco invita al optimismo.
La diferencia entre los precios y los costes es cada vez mayor, lo que refleja la incapacidad de los transportistas para repercutir al cargador el incremento de sus costes, en un escenario de fuerte caída de la actividad, tanto en las toneladas transportadas como en las toneladas-kilómetro producidas, y con el gasóleo en máximos históricos. Sin embargo, Fomento cree que no hay ninguna urgencia, si se tiene en cuenta que la ministra Ana Pastor aún no ha dado una respuesta a la batería de propuestas presentadas hace dos meses por los cuatro grupos de trabajo -unidad de mercado, fiscalidad, asuntos laborales y modificación de la LOTT- que ella misma creó para concretar las necesidades del sector y avanzar en la solución de sus problemas.
Y lo malo no es sólo que Pastor aún no se ha reunido con el sector para debatir la lista de medidas y trasladarlas a los diferentes departamentos ministeriales con competencias en las diferentes materias, que ya de por sí refleja una falta de sensibilidad hacia el sector, sino que, para más inri, ya se ha aprobado el proyecto de Ley para la modificación de la LOTT y las medidas fiscales más importantes sin contar con el sector.