Los privados exigen total transparencia y que no se les expulse del concurso para la venta parcial de la pública, donde el gigante alemán se serviría de su filial Transfesa.
Los operadores privados del ferrocarril han mostrado sus recelos ante el traje a medida que Fomento parece pretender hacerle al gigante alemán DB para que se haga con el control de Renfe Mercancías. Estas empresas aseguran que no lo van a permitir y que ante la más mínima duda impugnarán el concurso
Renfe Mercancías incorporará un socio industrial a su accionariado, según ha anunciado la ministra de Fomento, Ana Pastor, en un reciente acto público. La privatización, que será parcial, se llevará a cabo mediante la convocatoria de un concurso público en el que quedará determinada la participación final que se pondrá a la venta. El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, considera que esta privatización parcial es necesaria para la filial de mercancías porque “tiene que aumentar su tamaño y su músculo para prepararse para competir en un mercado muy duro y con el transporte por carretera”.
La pública ha estado preparando en los últimos meses todo este proceso, para lo que ha contado con el apoyo de la empresa consultora Grant Thornton, especialista en procesos de fusiones y adquisiciones, como ya adelantó TRANSPORTE XXI en su pasada edición, en la entrevista realizada al gerente de la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP), Juan Diego Pedrero. Liberalizado con escaso éxito desde el año 2005, puesto que los privados apenas alcanzan el 15 por ciento de cuota en la actualidad, el mercado ferroviario de mercancías afronta ahora un cambio de escenario que está levantando ampollas entre los operadores privados, ya que tienen la sospecha de que el proceso puede suponer en la práctica un paseo triunfal para el ferrocarril público alemán Deutsche Bahn (DB).
Por este motivo, “vamos a estar vigilantes para que las bases del concurso no sean opacas y que no se den oportunidades a unos y no a los otros. No vamos a permitir cláusulas precocinadas para que sólo haya un candidato a la fuerza”, asegura Pedrero. Los operadores privados “no queremos que se regale de forma encubierta Renfe Mercancías, porque vamos a seguir en la misma situación que ahora o peor si este proceso no se hace de forma transparente”. Por tanto, “no pueden poner cláusulas que dejen fuera a nadie de salida, porque entonces lo vamos a impugnar”, avisa Pedrero.
Y es que en esta proceso “los operadores privados de ferrocarril en España se juegan su supervivencia. He escuchado que se nos descarta en todo el proceso de la privatización parcial de Renfe Mercancías porque tenemos malas relaciones con la pública. La realidad es que tenemos malas relaciones porque no se juega con las reglas del libre mercado, pero este proceso nos interesa porque nos afecta directamente”. En fuentes del sector no se ha tardado en apuntar a Transfesa como la herramienta que utilizaría el gigante alemán DB para entrar en el accionariado de Renfe Mercancías. Precisamente, la paralización de la desinversión prevista por parte de Renfe en esta compañía, pese a estar incluida en el ‘Plan de Reestructuración y Racionalización del Sector Público Empresarial’ aprobado en Consejo de Ministros hace dos años, sería el indicador que avalase esta teoría.
Hay que recordar que Renfe mantiene en su poder algo más del 20 por ciento del capital de Transfesa, mientras que la mayoría del mismo se encuentra en manos de los ferrocarriles alemanes (DB) desde que en el año 2007 tomaran el control de la compañía tras adquirir el paquete accionarial hasta ese momento en manos de Emilio Fernández. Las mismas fuentes consideran que Renfe ha ido preparando paulatinamente el terreno en los últimos meses para la entrada del nuevo socio. Así, en el marco del expediente de regulación de empleo (ERE) aplicado por la pública se ha aligerado significativamente la nómina de maquinistas en la filial de Mercancías, transferidos en buena parte a la actividad de Pasajeros, lo que parece constatar que “el nuevo socio tiene que haber exigido que Renfe Mercancías tenga unos determinados costes de estructura, puesto que en los gastos fijos es donde están las principales pérdidas de la compañía”.
Además, a finales del pasado año, Renfe alcanzaba un acuerdo con los sindicatos sobre la reorganización de la compañía en el que se recogía la posibilidad de una privatización parcial del capital de alguna de las cuatro sociedades que pensaba poner en marcha en 2014, entre ellas Renfe Mercancías. Como aspecto positivo de la privatización parcial de la pública, los operadores privados señalan que “el precio del ferrocarril de mercancías en España se puede poner por fin a la altura del coste, ya que hemos contrastado que Renfe Mercancías está comercializando entre un 25 y un 30 por ciento por debajo de coste”. En concreto, “ahora mismo le cuesta 13,24 euros el tren/kilómetro y lo venden a 9,8 euros”, asegura el gerente de la AEFP.
PÉRDIDA DEL FONDO DE COMERCIO
Sin embargo, en este capítulo se están produciendo también reacciones en sentido contrario por parte de algunos clientes históricos de Renfe, principalmente en el caso del ancho métrico, la antigua Feve, “en el que la pública está planteando subidas del orden de entre el 7 y el 10 por ciento”, señalan fuentes del sector. Este incremento de precio va a traer como consecuencia que algunos cargadores importantes “se terminarán bajando del tren”.
Y es que “esta pérdida de fondo de comercio va a afectar a la facturación, por lo que parece una política muy cortoplacista”, aseguran. Renfe Mercancías se constituyó a comienzos de año como filial de Renfe con un valor de 377 millones de euros y un pasivo de 326 millones. La compañía, que cuenta con unos 1.700 trabajadores, calcula una pérdida de unos 86 millones para 2014, que se podría disparar hasta los 110 ó 120 millones, según los privados, ya que el presupuesto está vinculado a un crecimiento del volumen de facturación “irreal”. Renfe Mercancías cerró el pasado año con unas ventas de 167 millones y ha presupuestado para el presente año una cifra de 235 millones.
SOCIEDAD DE ALQUILER
La ministra Pastor ha confirmado también que este mes de abril echará a rodar, eso sí, con mucho tiempo de retraso, la proyectada cuarta filial de la pública. Renfe Alquiler de Material Ferroviario (Rosco) completará la reestructuración de la pública, iniciada el 1 de enero con las nuevas sociedades filiales: Renfe Mercancías, Renfe Viajeros y Renfe Mantenimiento. La nueva sociedad se dedicará a arrendar parte del parque actual de locomotoras y vagones de Renfe a los operadores privados que compiten o competirán en el futuro en Mercancías y Viajeros, contribuyendo así a la apertura efectiva del mercado.
Los privados llevan tiempo persiguiendo la creación de esta nueva filial, ya que los fabricantes del sector sólo construyen material rodante bajo pedido, algo que resulta muy complicado justificar en el contexto actual de crisis, con la incertidumbre en torno al futuro del operador dominante y la pequeña cuota de mercado que atesoran los competidores privados. De todos modos, una vez que se ponga en marcha la nueva sociedad, queda por ver si cumple realmente las expectativas, porque los operadores privados esperan que la selección de este material conlleve la inclusión de las diferentes series y se produzca en función de su utilización real en el mercado.
En conjunto, Renfe Mercancías tiene cerca de 13.000 vagones, de los que los privados consideran que serían susceptibles de alquiler unos 4.000, mientras que en locomotoras su parque operativo se eleva a 300 unidades, de las que se deberían poner en el mercado no menos de 60 locomotoras.
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