El fabricante de vinos espumosos es la segunda empresa en lograr la Certificación de Cargador Responsable (CCR) y la primera del potente sector de la alimentación, que promueven Astic y Transprime en España.
Freixenet ha sido la segunda empresa en contar con la Certificación de Cargador Responsable (CCR) y la primera perteneciente al potente sector de la alimentación después de lograrla Carburos Metálicos el año pasado. El mayor exportador de vino espumoso de España y el primer productor mundial de cava ha tenido tradicionalmente el foco puesto en cuidar a sus proveedores de transporte: “Siempre hemos apostado por tratar de manera segura y eficiente a quienes llegan a nuestras instalaciones. Sobre todo, hemos priorizado la seguridad de los transportistas para evitar cualquier accidente o incidente”, señala Cristina Durán, responsable de Logística del Grupo Freixenet.
Debido a ello, el fabricante de vino espumoso, con sede central en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), no ha dudado en pasar la auditoría donde se han revisado múltiples aspectos, no solo las instalaciones y la seguridad, para lograr la certificación impulsada por la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic) y Transprime Spanish Shippers’ Council en España y que forma parte del proyecto europeo ‘El Conductor al frente’.
Freixenet “tiene el compromiso de mejorar en sostenibilidad social” y ello pasa, entre otras iniciativas, por “mejorar más la situación de los transportistas cuando llegan a nuestras instalaciones”. En concreto, la compañía ha modernizado la zona de descanso incorporando duchas y la posibilidad de tener productos de vending y café a disposición de los profesionales. Además, el cargador mantiene reuniones mensuales con sus principales proveedores de transporte “en las que se revisan mejoras a todos los niveles”.
En operativa, la compañía cuenta con un control interno para ordenar las cargas diariamente, “especialmente las de los contenedores que van con palés especiales y que requieren más tiempo de carga para conseguir que no se dilate en más de dos horas cualquier carga/descarga”. El personal que trabaja en los almacenes “son profesionales que conocen su trabajo y que reciben formación continuada”.
Una iniciativa importante que agilizará la operativa es la digitalización de la documentación que acompaña al transportista, un proyecto en el que “estamos trabajando y esperamos que sea más rápido, fácil y sostenible toda la relación con los transportistas, desde el momento de informar de la carga, cómo asegurar sus slots y la transmisión de toda la documentación necesaria”. Prevé que esta iniciativa sea una realidad el próximo año.
Para Freixenet, contar con la certificación aporta doble ventaja. Por un lado, supone “seguir avanzando internamente en mejorar las condiciones en el día a día” de los conductores profesionales. Por otra parte, el compromiso de dar a conocer esta certificación puede ser un revulsivo para que “más empresas se replanteen si tienen sus instalaciones adaptadas para los transportistas, qué datos se comparten o, en definitiva, si se puede trabajar mejor y de forma más digna”.
Ser la segunda empresa certificada “no es una ventaja competitiva para conseguir mejores transportistas o mejores costes”. En cambio, sí es seguro que “nos va a aportar mejores relaciones con los transportistas con los que trabajamos y, por tanto, más colaboración que redundará en más eficiencia para ambas partes”. Además, un certificado de este tipo es un aliciente para que “más jóvenes vean la conducción como una profesión de futuro” ante el problema de falta de profesionales.
La compañía, que externalizó hace tiempo la operativa de transporte, tiene relaciones estables a largo plazo con sus principales proveedores de transporte para tráficos nacionales. Para los flujos de exportaciones, a la que va destinada la mayor parte de su producción, es el cliente quien contrata el transporte (carga con incoterms FCA/EXW).
Para Freixenet, “es prioritario mantener una relación cercana y de colaboración con los transportistas y también con los organismos, administraciones y grupos de empresas que tenemos intereses logísticos comunes”. De esta forma, “podemos conocer, innovar y proponer o que nos propongan mejoras en eficiencia y sostenibilidad que van a repercutir no solo en Freixenet, sino en todos con los que colaboremos”, concluye la directiva.