A pesar de los buenos augurios que presentaba el primer trimestre de 2008, la división de carga de los ferrocarriles nacionales franceses (Fret SNCF) ahondó sus pérdidas con un resultado negativo de 339 millones de euros (la facturación ascendió a 1.600 millones). La dirección de la empresa señala que “la ralentización de la actividad de las empresas ha impedido revertir la tendencia deficitaria”.
El principal sindicato, CGT, no está de acuerdo con esta visión, y acusa a la empresa de haber tomado las decisiones estratégicas erróneas desde 2003, impidiendo a la empresa responder a las necesidades del transporte. De hecho, el sindicato reclama que el dividendo de 183 millones de euros que Fret SNCF debe pagar al Estado francés sea reinvertido en la compañía. Nada dice, sin embargo, de la prima de 32,7 millones que han de recibir los 158.000 ferroviarios.
A pesar de la crisis, SNCF mantiene su objetivo de alcanzar una facturación de 36.000 millones de euros en 2012, y duplicar su beneficio operativo corriente hasta los 2.000 millones. Pierre Blayau, director general de la unidad de transporte y logística del grupo, admite el fracaso de las reformas entabladas el pasado otoño, y defiende la modificación del sistema de tarifas fijas hacia un sistema variable, el aumento de la transparencia de costes y la revisión de la oferta.