La entidad portuaria asturiana, tras registrar un crecimiento del cinco por ciento del movimiento total de mercancías en el primer trimestre, prevé una disminución acentuada y sostenida a partir de mayo.
El puerto de Gijón ha registrado un crecimiento del 83 por ciento en el tráfico de carbón durante el primer trimestre de este año, hasta rondar las dos millones de toneladas.
Este alza del movimiento del carbón ha posibilitado que la dársena asturiana eleve un cinco por ciento su tráfico total a casi 4,9 millones de toneladas.
El fuerte aumento del flujo de carbón en el puerto de Gijón contrasta con la evolución de la dársena de Ferrol, que hasta marzo retrocedió un 32 por ciento tras perder 1,5 millones de toneladas de este granel sólido debido al proceso de transición energética.
Esta evolución tan diferenciada se debe a que la dársena de Gijón se ha posicionado como referente en el movimiento de carbón en tránsito con destino a terceros países.
En un contexto generalizado de retroceso de los tráficos del sistema portuario español por la crisis del coronavirus, la entidad portuaria que preside Laureano Lourido contempla un mes de abril favorable en el movimiento total de mercancías y graneles. Sin embargo, prevé un cambio de tendencia a partir de mayo, “en el que todo apunta a una acentuada y sostenida disminución de los tráficos”.
La mercancía general en el puerto de Gijón registró una caída del cinco por ciento hasta marzo, debido a la disminución de los productos siderúrgicos. La terminalista Ebhisa, que movió cerca de 2,3 millones de toneladas en el primer trimestre, redujo en un 19 por ciento sus manipulaciones, tras perder más de medio millón de toneladas, por el descenso de las importaciones de mineral de hierro.
Por su parte, el tráfico de APM Terminals Gijón registró una ligera disminución del 1,1 por ciento en el movimiento de TEUs durante el primer trimestre, con un registro de 18.460 unidades.
El volumen de los graneles líquidos, que ha disminuido el 35 por ciento hasta marzo, ha estado afectado por el descenso del consumo de gasolinas y gasóleos.