Dimite el presidente de la sueca y se disparan los rumores de la salida de la francesa.
La repentina dimisión del presidente del grupo Volvo, Finn Johnsson, que alega motivos personales, y los rumores sobre una salida de la francesa Renault del capital del grupo sueco evidencian la desesperación de los accionistas de éste último, insatisfechos con la forma en que sus directivos han gestionado la crisis de ventas
Finn Johnsson, presidente del grupo sueco Volvo, que comercializa camiones con su propia marca y también con las de Renault, Mack, Nissan Diesel y Eicher Motors, ha presentado su dimisión alegando que la misma obedece a una decisión estrictamente personal forzada por sus crecientes obligaciones y compromisos. Para reemplazar a Johnsson hasta la próxima junta general de accionistas ha sido elegido el suizo Louis Schweitzer, que ya ocupaba un puesto como consejero del grupo y que en la actualidad es presidente de AstraZeneca, el grupo farmacéutico.
En medios industriales no se entiende que la medida sea ajena a la difícil situación que el grupo sueco atraviesa desde hace más de un año, habiendo presentado resultados financieros negativos en el último trimestre de 2008 y los tres primeros de 2009. Los resultados del cuarto trimestre del año pasado y del ejercicio completo serán presentados el 5 de febrero y no prometen ser buenos, ni tan siquiera mejores que los de trimestres precedentes.
Las previsiones de Volvo son que el mercado europeo de camiones, en el que está presente con las marcas Volvo y Renault, se haya reducido en 2009 a la mitad de lo que fue en 2008 y que el norteamericano, en el que también está presente con las marcas Volvo y Mack, se contraiga de un 30 a un 40 por ciento. Hampus Engellau, un analista del banco sueco Handelsbanken, subrayaba en el Financial Times que Volvo se ha resentido de la crisis más que sus competidores.
“Todo apunta a que han tenido problemas para reducir sus costes y su producción con suficiente rapidez”, decía Engellau. Johnsson ha sido muy criticado por algunos de los principales accionistas de Volvo por haber repartido dividendos pese a las dificultades que ha habido en 2009 para conseguir créditos y también por los pobres resultados del grupo. Patrik Lindqvist, otro analista del HQ Bank en Estocolmo, también admitía a Reuters que la dimisión de Johnsson, a sólo tres meses de la próxima junta general de accionistas, no es probable que haya sido voluntaria.
“No tiene sentido”, decía Lindqvist. Sin embargo, no deja de sorprender que haya sido Johnsson la cabeza de turco, ya que su cargo de presidente es más propio de una labor de representación corporativa que de una función ejecutiva, la cual está encomendada en el grupo Volvo a Leif Johansson, en su puesto de presidente y chief executive officer (CEO), cargo que suele traducirse en español por presidente ejecutivo, ya que el cargo de consejero delegado de las empresas españolas conlleva muchas más responsabilidades y poderes que los de un CEO, cuyas funciones en realidad se aproximan más a las de un director general ejecutivo de nuestras empresas. Johnsson supervisó la compra de Renault Trucks por Volvo en 2001, fruto de la cual fue que el grupo francés Renault, fabricante de los turismos del mismo nombre y propietario de la división de camiones traspasada al grupo sueco, se convirtiera en el mayor accionista de éste, con un 20 por ciento de su capital. En 2004, Johnsson fue nombrado presidente del consejo de Volvo, cargo que ha venido desempeñando hasta el anuncio de su dimisión.
Pese a que últimamente han circulado rumores de que la francesa Renault podría estar interesada en desprenderse de su paquete de acciones en el grupo Volvo para conseguir unos fondos que le vendrían muy bien para sanear y soportar el desarrollo de su división de turismos, algunos expertos europeos no ven que el nombramiento de Schweitzer indique que Renault quiere desempeñar un papel más preponderante en la gestión de Volvo.
“No parece probable que Renault vaya a aumentar su presencia en el capital de Volvo”, decía el referido Patrik Lindqvist. No obstante, no conviene olvidar que, como en repetidas ocasiones se ha puesto de manifiesto en este periódico durante meses pasados, Renault supera a Volvo como primera marca del grupo en ventas de camiones en Europa. Así, en los once primeros meses del pasado año, Renault había entregado en el Viejo Continente 27.322 vehículos, mientras que Volvo Trucks sólo llegaba a 17.624 unidades.