La naviera aumenta sus embarques un 9% en el primer semestre, gracias a la reactivación del tráfico de carga rodada en cisternas de vino y aceite español con destino al mercado italiano.
Las exportaciones alimentarias españolas al mercado italiano están registrando un notable impulso a través del Puerto de Valencia. El enclave afronta un avance en el número de embarques realizados en los buques de carga rodada de la naviera italiana Grimaldi en sus rutas de autopistas del mar entre España y los principales puertos del país transalpino.
En concreto, los flujos globales progresan un 9 por ciento al término del primer semestre, “gracias a la reactivación de los volúmenes en cisternas de vino y aceite español”, los dos principales productos que se embarcan en los buques de la naviera italiana, junto a tráficos industriales, según han explicado fuentes del colectivo transitario que asesora en este tipo de tráficos.
El tonelaje de vino exportado crece a un ritmo del 70 por ciento con un volumen de más de 40.000 toneladas mensuales, mientras que el aceite avanza un 13 por ciento, con una media mensual de más de 14.000 toneladas enviadas.
Y es el flujo de vino español al mercado italiano el que ha experimentado un fuerte impulso, convirtiéndose en protagonista destacado de los tráficos internacionales de carga rodada en el puerto de Valencia. Las exportaciones por el enclave se han venido ralentizando en los dos últimos años, “por la baja producción y el aumento de los precios que ha hecho que los importadores italianos buscaran mercados alternativos en el Mediterráneo”, indican las fuentes consultadas.
En 2023, la exportación de vino en cisternas cayó un 7,5 por ciento, flujos a la baja que se añaden al fuerte descenso obtenido en 2022, cuando se dejaron de mover más de cien mil toneladas respecto a 2021, ejercicio en el que se logró un máximo histórico de 514.637 toneladas.
“Con el aceite a granel en cisternas ha pasado lo mismo”, indica un operador logístico. “Venimos exportando menos en los últimos cinco años porque también las empresas españolas han maximizado su red de ventas en el exterior, y directamente son las que están sacando la producción, que ha caído en los últimos ejercicios por la sequía, aunque en los últimos meses hay una ligera reactivación de las exportaciones respecto al comportamiento del pasado año”, indican fuentes del Instituto de Comercio Exterior consultadas por este periódico.
Al cierre de 2023, el tráfico exportado de aceites en cisternas alcanzó un volumen de 167.938 toneladas, un dato que supuso un descenso del 38 por ciento respecto a las 272.435 toneladas de 2022, un año en el que hubo una mayor estabilidad de los flujos exportados por el puerto de Valencia.
Centro de compras
Transitarios consultados explican que “el escaso volumen de producto en otros países ha permitido que el campo español sea centro de compras de los importadores, porque el aceite español tiene, en estos momentos, mejores condiciones de precio y su calidad es insuperable”. Pese al aumento de flujos, los volúmenes de exportación están lejos del máximo histórico conseguido por el sector en 2019 con más de 415.000 toneladas exportadas en cisternas, una inmensa mayoría embarcadas en los servicios regulares de la naviera italiana Grimaldi.