La compañía, que apuesta por impulsar los biocombustibles y los puntos de recarga para camiones, planea la apertura a más largo plazo de plantas de almacenamiento fuera de España.
Grupo Hafesa, holding especialista en importación, almacenamiento, comercialización y distribución de productos petrolíferos, continúa intensificando su perfil multienergético.
El grupo, que superó los 900.000 metros cúbicos de combustibles comercializados el pasado año, da nuevos pasos en esta estrategia de diversificación energética con su apuesta por aumentar la capacidad de almacenamiento de biocombustibles, así como los puntos de recarga eléctrica para camiones en su red de estaciones de servicio.
Así lo puso de manifiesto Diego Guardamino, director general de Grupo Hafesa, en el marco de la presentación del estudio ‘Desafíos y oportunidades: La descabonización del transporte por carretera’, celebrada en Madrid. La firma cerró el pasado año con una cifra de facturación por encima de los 900 millones de euros, según confirmó su director general.
El grupo, que cuenta actualmente con plantas de almacenamiento de productos petrolíferos en Bilbao, Motril, Gijón, Ferrol y Ocaña, que le permiten superar los 400.000 metros cúbicos de capacidad, planea a más largo plazo dar el salto fuera del mercado doméstico. En concreto, Grupo Hafesa se ha marcado como objetivo poner en marcha “dos nuevas plantas de almacenamiento en Portugal y en el sur de Francia, si bien no a corto plazo”, anticipó Guardamino a preguntas de Transporte XXI.
Grupo Hafesa, que cuenta con una flota propia integrada por 20 camiones cisterna para la distribución de hidrocarburos, ultima la apertura de dos nuevas estaciones de servicio, lo que permitirá alcanzar la cifra de ocho puntos de servicio, que pretende ir ampliando hasta situarlos entre los 20 y 30 a finales de año, matizó el directivo. En el marco de su plan estratégico, el grupo planea consolidar en cinco años una red de 80 estaciones de servicio en España, todas ellas preparadas con puntos de recarga rápida de alta tensión para camiones y ubicadas en un radio de 200 kilómetros de sus plantas de almacenamiento.
En referencia al estudio presentado, Guardamino fue tajante al afirmar que “las conclusiones son claras, no estamos preparados para acabar con los combustibles fósiles en el transporte por carretera”. Además, “para afrontar esta medida, es necesario un mayor apoyo por parte de las instituciones, acompañado de medidas reales que faciliten esta transición tanto a ciudadanos como a profesionales”, subrayó.
El directivo destacó que las principales barreras para la transición hacia la movilidad eléctrica son la falta de infraestructuras como los puntos de recarga, la falta de ayudas que incentiven la apuesta por los vehículos eléctricos, así como el tratamiento que se le va a dar a la gestión de residuos como las baterías. Ante esta tesitura, Guardamino dejó claro que “en Hafesa apostamos por una descarbonización equilibrada, que no dependa de un cronómetro y en la que habrá un tiempo de coexistencia de los distintos tipos de tecnologías”.
Estudio sobre descarbonización
El estudio promovido por Grupo Hafesa ha sido realizado por el instituto Metroscopia y tiene una muestra de 1.000 ciudadanos y profesionales del transporte encuestados. El informe analiza el punto de vista de la opinión pública sobre la prohibición en 2035 de la venta de coches y furgonetas de primera mano que utilicen combustibles tradicionales por parte de la Unión Europea.
El análisis pone especialmente el foco en las opiniones de transportistas tanto autónomos como asalariados, que muestran muchas dudas sobre la implementación de la medida. Por un lado, los consultados perciben barreras como el alto coste de los vehículos eléctricos, la escasez de puntos de carga accesibles y la falta de medidas de apoyo financiero y subvenciones para facilitar la transición hacia vehículos más limpios. Por otro, esos mismos profesionales consideran que la medida se ha tomado de forma rápida y precipitada, sin tener en cuenta la situación actual del sector ni sus necesidades, lo que les hace dudar acerca del éxito de su implementación.
La mayoría de los encuestados (69 por ciento) considera que los combustibles fósiles seguirán siendo esenciales durante la próxima década y que los hidrocarburos, como el petróleo, se mantendrán como una de las principales fuentes de energía (71 por ciento). Además, el 63 por ciento de los encuestados cree que España todavía no está preparada para utilizar de forma masiva alternativas como los vehículos eléctricos y los puntos de recarga. Sin embargo, la mayoría de los encuestados (64 por ciento) sí que confía en los biocombustibles como una alternativa viable.