Hamburg Süd prevé invertir 700 millones en los próximos tres años en el desarrollo de su flota

La naviera alemana Hamburg Süd asegura que, a pesar de la crisis y de las pérdidas sufridas en 2009, ha sobrevivido bien al ejercicio. Su cifra de negocios cayó un 28 por ciento hasta los 3.200 millones de euros. Para compensar el derrumbe de los volúmenes transportados, el armador redujo significativamente su pool de contenedores y vendió las cajas más viejas. Resulta sorprendente que, en dicha situación, la capacidad de los buques desplegados se haya mantenido constante en 304.000 TEUs.

Sin embargo, el número de buques contenedores se redujo en un 13 por ciento (96 unidades), debido al reemplazo de los buques más pequeños por unidades nuevas. La flota operada por Hamburg Süd actualmente suma 148 unidades, incluidas las 58 naves de la división “tramp” (36 son propiedad del grupo). El año pasado la naviera recibió un buque del tipo “Monte” (con capacidad para 5.500 TEUs) y tres de la clase “Rio” (5.900 TEUs) que serán desplegados en las rutas entre Europa y Asia hacia la costa Sureste de Suramérica, junto con las naves gemelas entregadas en años precedentes.

De hecho, la dirección señala que el programa dirigido a aumentar el número de barcos en propiedad se mantendrá a lo largo de los próximos años. En 2012, doce barcos con un total de 80.000 TEUs de capacidad formarán parte de la flota de Hamburg Süd. Entre ellos se incluyen diez barcos de la clase “Santa” (7.100 TEUs) y que serán los más grandes de la flota. En 2009, la compañía invirtió 167 millones de euros en capacidad de transporte (en 2008 destinó 530 millones), pero para los próximos tres años la armadora pretende invertir 700 millones de euros en barcos y en contenedores.

La dirección afirma que la caída de los precios del combustible relajó parte de la presión sufrida por los costes operativos y los resultados. El gasto en combustible cayó a 700 millones de dólares (400 millones menos que en 2008). De esta cifra, las dos terceras partes se atribuyen a la caída de los precios, y el resto al programa de ahorro de combustible de la naviera basado en reducir la velocidad de los buques y en reestructurar la flota con menos y más grandes unidades.