Las empresas de transporte por carretera de Gerona que hacen “un uso intensivo” de la autopista de peaje AP-7, la única opción que tienen desde que entró en vigor la prohibición de circulación de vehículos pesados en la N II a su paso por esta provincia, están aguantando un sobrecoste considerable, a pesar de las bonificaciones.
“El perjuicio económico está siendo muy importante, de entre 550 y 700 euros mensuales de sobrecoste, para una de nuestras empresas que tenga que circular ocho veces al día por la autopista”, señala Carles Palacio, secretario general de Asetrans. Un total de 95.000 camiones han dejado de pasar por la N II y se han desviado a la autopista durante el primer mes que se ha aplicado la prohibición, vigente desde el 19 de abril.
Un balance “muy positivo”, en palabras del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila. El impacto en el transporte por carretera “es un daño menor y nos hemos comprometido, en la medida de lo posible, a que el desdoblamiento (de la N II) se hará esta legislatura”, añadió el consejero, a requerimiento de este periódico. La prohibición estará vigente hasta que culmine la ampliación de la carretera nacional, actuación que depende del Ministerio de Fomento.
El Servicio Catalán de Tránsito ha impuesto 838 denuncias por saltarse la prohibición y circular por la N II durante el primer mes de vigencia. La cuantía de la multa es de 500 euros. Las dos organizaciones que agrupan al transporte catalán, la Cetcat y la Cot, ha presentado un recurso contra la medida.
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