Para algunas aerolíneas, la carga aérea ha pasado de ser la hermanita pobre a convertirse en imprescindible para rentabilizar rutas
Ha tenido que venir una pandemia para que la carga aérea dejara de ser la hermanita pobre, por lo menos en la situación actual, para aerolíneas que consideraban el transporte de mercancías residual. Todo sea dicho, tampoco es que hubiera otra opción. O movían mercancías o no movían nada. La crisis sanitaria ha provocado acontecimientos impensables hace apenas medio año como adaptar aviones de pasajeros para mover carga, lo que permitió a aerolíneas como Etihad volver a volar, según señaló su representante en una jornada.
Para compañías que tenían el foco más equilibrado entre el negocio de pasajeros y el de mercancías, dentro de lo fatal que lo han pasado y lo están pasando, la digestión está siendo un punto más leve.
Ante una parcial reapertura de fronteras y unos pasajeros que embarcan a cuentagotas, la carga es imprescindible para rentabilizar rutas. Tan imprescindible que se ha producido otro acontecimiento impensable hace unos meses: aerolíneas como Qatar tienen en cuenta de forma prioritaria la carga a la hora de pedir slots para determinadas rutas y escogen el horario de salida más comercial para estos flujos.
A pesar del interés de las aerolíneas por la carga, sigue faltando oferta ante la lenta recuperación, y todo parece indicar que va para largo, de las conexiones de pasajeros, que canalizan alrededor de la mitad del transporte aéreo de mercancías. La falta de oferta provocó una estratosférica subida de precios, que ha tocado techo, según expertos, eso sí, no en todas las rutas. Mientras no se recuperen más los vuelos de pasajeros y bajen consiguientemente los fletes, la carga aérea seguirá de capa caída por mucho que haya dejado de ser la hermanita pobre.
Eso sí, está por ver si seguirá despertando el mismo interés cuando llegue la normalidad de verdad (si es que llega alguna vez).
Eva Mármol
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