El transporte de mercancías por carretera, con unas ventas de más de 27.300 millones en 2022, casi la mitad de los ingresos del conjunto del sector, necesita más atención.
Ciudad Real, tierra de quijotes y sanchos, se convirtió por unos días en epicentro del sector de la carretera. Fue la ciudad elegida por la patronal CETM para celebrar su Congreso Nacional; en esta edición, bajo un acertado lema, “El transporte de mercancías: imprescindible y sostenible”.
La cita sirvió para comprobar que los transportistas siguen siendo el ‘patito feo’ de los gobiernos de turno. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, acostumbrado a estar de gira por las provincias españolas, hoy aquí y mañana allá, prometiendo cuantiosas inversiones en materia de infraestructuras, no logró sacar tiempo para clausurar el encuentro empresarial, como estaba previsto inicialmente. Más de lo mismo.
Las mercancías molestan. El propio presidente de CETM, Ovidio de la Roza, subrayó que “llevamos un año perdido sin ningún avance en materia de política de transporte por carretera”.
Lejos queda ya el estreno de Puente con el Comité Nacional, dos meses y medio después de tomar posesión de su cargo. La cita sirvió para crear cuatro grupos de trabajo, con el objetivo de abordar cuestiones tan importantes como la falta de conductores, la descarbonización, la Ley de la Cadena de Transporte y la digitalización. Sin avances, a pesar -aseguran los empresarios- de la buena interlocución con la Dirección General de Transporte por Carretera y Ferrocarril. Se ve que no es suficiente. Y tampoco hay que olvidar que aquella primera cita estuvo muy marcada por el paro convocado por la asociación minoritaria Plataforma.
El transporte de mercancías por carretera, con unas ventas de más de 27.300 millones en 2022, casi la mitad de los ingresos del conjunto del sector, necesita más atención. Hay varias ‘patatas calientes’, empezando por la falta de conductores. Un problema cuya solución no está únicamente en las manos del transporte por carretera. Urgen medidas ya, sobre todo en un escenario con fuertes dosis de incertidumbre, la demanda bajando y los costes subiendo. Es hora de dejar de hacer política a golpe de tuits y bajar a la arena. Parafraseando al presidente de Castilla-La Mancha, García-Page, hay que “escuchar a las empresas de transporte por carretera, porque es la mejor manera de solucionar los problemas”.