La empresa pública que gestiona plataformas intermodales se integrará en el ente de la Generalitat especializado en terreno residencial, manteniendo su actividad específica.
El Incasòl y Cimalsa, los dos organismos que gestionan suelo público en Cataluña, han iniciado el proceso de fusión. La operación consiste en la integración de Cimalsa, empresa pública que promueve centros de transporte y plataformas intermodales, en el Incasòl, ente público dedicado a la gestión de suelo industrial y residencial
El Institut Català del Sòl (Incasòl) y Cimalsa, las dos entidades de la Generalitat de Cataluña que gestionan suelo público, van camino de la integración. El Incasòl lleva más de tres décadas dedicado a la gestión de suelo industrial y residencial. Cimalsa, que cumplió 20 años en 2012, se constituyó para la promoción de centros de transporte de mercancías y plataformas logísticas e intermodales.
Ambos ya comparten propiedades como las centrales integradas de mercancías CIM El Camp (Tarragona) y CIM Empordà (Gerona), gestionadas por Cimalsa y donde es copropietario del suelo el Incasòl. La fusión consistirá en la integración de Cimalsa en el Incasòl, aunque la fórmula definitiva se adoptará en función de una auditoría externa que se ha encargado. Cimalsa es una sociedad anónima, es decir, una entidad mercantil, con un único accionista, la Generalitat, mientras que el Incasòl es un ente que se rige por el derecho público.
“Si la opción es 100 por 100 entidad pública, Cimalsa se integraría en el Incasòl”, señala Isidre Gavín, director general de Cimalsa. El otro escenario es preservar la estructura jurídica mercantil de Cimalsa, “lo que sería útil para desarrollar proyectos público-privados como el que estamos impulsando en la terminal de Vilamalla”. En este caso, Cimalsa “sería una filial o una división del Incasòl”. Independientemente de la fórmula de integración que se adopte, “se mantendrá la actividad específica que hace Cimalsa”, añade Isidre Gavín.
La fusión no responde únicamente ni a la época de vacas flacas ni al adelgazamiento de la estructura pública ni a los números rojos del Incasòl y Cimalsa. “Tiene lógica un único operador público de suelo, no sólo por las apreturas presupuestarias, también porque los grandes desarrollos de suelo residencial, industrial y logístico ya se han hecho, están en ejecución o planificados”.
El proceso de fusión está en marcha. Y la primera medida ha sido “compactar las cúpulas”. El director del Incasòl, Damià Calvet, que ya presidía el consejo de administración de Cimalsa, ha pasado también a formar parte de su comité de dirección. A la inversa, el director general de Cimalsa sigue como vocal en el consejo de administración del Incasòl, que preside el consejero Santi Vila, y, ahora, forma parte de su comité de dirección.
Además, se han creado grupos de trabajo mixtos en internacionalización, nuevas tecnologías, participación en ferias, gestión de suelo y comercialización. Con la fusión, “podemos conseguir economías de escala, simplificar estructuras y, una vez resulta la estructura jurídica, se potenciará la actividad”. La operación “no supondrá despidos” en Cimalsa, que tiene una plantilla de 17 trabajadores, asegura Isidre Gavín. El Incasòl ha aplicado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que afectó a 173 trabajadores de un total de 478 empleados.
Abultadas pérdidas por la caída del sector inmobiliario
Desde el inicio de la crisis, la actividad inmobiliaria del Incasòl ha caído el 80 por ciento, lo que ha provocado que sus ingresos pasaran de los 180millones de euros en 2007 a los 60 millones en 2012, según argumentaron los responsables del ente público para justificar el ERE de extinción, que afectó al 36 por ciento de la plantilla, el pasado verano. De acuerdo con la última memoria publicada, el Incasòl tuvo unas pérdidas de 77,02 millones de euros en 2011, es decir, 30,99 millones más que en 2010. Por su parte, las pérdidas de Cimalsa sumaron 16,15millones de euros en 2011, frente a los 1,48 millones de 2010.
Este fuerte incremento se debió a la aportación de 20millones de euros que la empresa pública hizo a la fallida aerolínea Spanair, que presentó concurso de acreedores en enero del pasado año, una cantidad que fue directamente a su cuenta de pérdidas. Cimalsa ha reducido el 10 por ciento su deuda en 2012, hasta los 109 millones de euros, mientras que las pérdidas han caído a lamitad, alrededor de ocho millones.
No obstante, con una deuda financiera superior a los dosmillones de euros, Cimalsa ha tenido que elaborar un plan de viabilidad para refinanciarla, que negocia con las consejerías de la Generalitat afectadas (los departamentos de Finanzas y Territorio y Sostenibilidad) y las entidades financieras. Cimalsa “es completamente viable”, señala el director general de la empresa pública. Para mejorar las cuentas, además de su actividad tradicional, ha abierto otras líneas de negocio como saltar al exterior para vender su know how para el diseño de plataformas.
Lo que gestionan
El Incasòl y Cimalsa dependen del departamento de Territorio y Sostenibilidad.
Cimalsa se creó en 1992 como una sociedad anónima unipersonal. Es titular y gestiona cuatro centros de transporte, una plataforma para actividades logísticas y es propietaria de otra.
El Incasòl es un ente público que la Generalitat creó en 1980. Desde entonces, ha urbanizado 2.117 hectáreas de suelo residencial y 4.539 de industrial. Tiene en cartera 1.000 más por desarrollar.