Los transitarios se están aniquilando, un negocio que va a pasar a los señores del mar
Muy inteligentes y nada artificiales confío que, mayoritariamente, somos. Microsoft, Amazon, Google y “adláteres” han iniciado una carrera contra reloj para ver quién controla la Inteligencia Artificial. En el fondo todos asustados, porque el neonato Metaverso ha pasado a ser un vejestorio por culpa del ChatGPT (¡Cuan manejables somos!). Los operadores logísticos, han consentido y apoyado que los grandes operadores del mar pasen de ser no más de treinta compañías, hace veinte años, a tan solo diez y en cuatro grandes coaliciones en la actualidad. Ergo hemos firmado con un cheque al portador y en blanco, la renuncia al derecho que tenemos a protestar. Y con esto, pasamos al siguiente plano de la cadena, más concretamente, los transitarios, aquellos que negocian con las navieras, para vender con su margen de valor material/espiritual añadido, a sus representados.
Me surge el temor, viendo como un porcentaje muy elevado de transitarios centran sus dianas en poner una caja en el agua, con el mínimo beneficio posible, a costa de morir matando. Más del 80% del comercio mundial viaja por mar, a lo que añado que los transitarios debemos, podemos y tenemos mucho para ofrecer, un negocio que más pronto que tarde, va a pasar a manos de los señores del mar, habida cuenta que son los que más dinero invierten en la cadena logística por vía marítima, lo que les otorga ese mal llamado derecho de pernada. Ese temor viene porque los transitarios se están aniquilando entre ellos, de modo que, en poco tiempo, esos cien ‘tops’ mundiales pasarán a no más de media docena y al igual que ocurre en el mar, habrán perdido en el aire, en la tierra y en el hierro, de nuevo, junto con sus clientes, el derecho a reclamar, aunque seremos felices, felices e insignificantes. “Sólo después de perder todo, eres libre para hacer cualquier cosa” (El Club de la Lucha).
Miguel Rocher
mrocher@operinter.com