Contribuiría así a dar un poco de oxígeno a las asfixiadas finanzas de General Motors.
Isuzu, el fabricante japonés de automóviles y vehículos industriales, podría comprar una parte de la actividad de GM en el mundo de los camiones de tonelaje medio, según anunció Susumi Hosoi, presidente ejecutivo de Isuzu,. No obstante, Hosoi dejó muy claro que no iban a comprar la totalidad de esa division de GM, conocida habitualmente como GMC
Como se recordará, hace casi un año, General Motors, en su desesperada carrera por conseguir liquidez para contrarrestar el pernicioso efecto de la brutal caída de las ventas de turismos y SUVs en Norteamérica, anunció que había firmado una carta de intenciones con Navistar International para la compra por ésta de la división de camiones de tonelaje medio de la primera. Pero en agosto, se hizo público que, tras concluir el período de estudio que ambas partes se habían dado, Na-vistar había cambiado de parecer y ya no deseaba adquirir esa parte de GM. El cambio de opinión, según expertos, podría deberse a que ante el deterioro que para entonces se había producido ya en la economía de EEUU, con la lógica incidencia negativa en las ventas de camiones, era muy probable que Navistar no estuviera dispuesta a pagar la cifra que se hubiera establecido inicialmente y que la oferta económica de agosto supusiese un sacrificio de liquidez excesivo para GM.
Desde agosto para acá, la economía y la demanda de vehículos industriales se han visto mucho más afectada por la crisis financiera y de hecho Navistar acaba de anunciar que, debido a ello, va a despedir a 499 personas de su fábrica de Ontario, a unos 60 kilómetros al este de Detroit, que cuenta con un millar de personas en plantilla. Y aunque algunas fuentes del sindicato Canadian Auto Workers han manifestado su esperanza de que la demanda de camiones pueda recuperarse en las doce semanas próximas lo suficiente como para rebajar aquella cifra de despidos, la realidad no parece avalar esa desiderata y es muy probable que Navistar haya decidido abandonar definitivamente la negociación con GM.
Por eso, GM está tratando de encontrar ahora apoyo en Isuzu para conseguir esos fondos que tanto necesita y a los que la firma japonesa ya lleva tiempo contribuyendo, pues aunque, tras adquirir en 1971 el 34 por ciento del capital de Isuzu, GM llegó a controlar el 49 por ciento del constructor nipón, en los tres últimos años, durante los cuales GM ha acumulado más de 50.000 millones de dólares en pérdidas, el constructor se ha ido desprendiendo de su capital en Isuzu para buscar el dinero con que contrarrestar sus números rojos. Además, Isuzu acaba de anunciar que una vez que cese su actividad en el mercado norteamericano de turismos en 2009, va a reorganizar sus operaciones en EEUU creando un “holding”, Isuzu Norteamérica Corporation, que concentrará su actividad en los vehículos comerciales, los motores Diesel y los componentes para el automóvil.
El hecho de que Isuzu no haya querido hacerse con la totalidad del capital de GMC puede deberse, según expertos, a que ello habría supuesto un desembolso inoportuno en un momento en que la nipona acaba de recortar a menos de la mitad su previsión de beneficios para el ejercicio fiscal en curso, que concluirá el 31 de marzo de 2009, dejándolo en sólo 409 millones de dólares, frente a los 869 millones de dólares con que contaba en mayo de 2008.