Las principales innovaciones conciernen a la seguridad y al confort de la cabina.
Isuzu presenta una nueva serie N con notables mejoras estéticas y mecánicas, cuya renovación, prevista inicialmente para octubre de 2007, se ha visto postergada en el tiempo. Las principales innovaciones conciernen al plano de la seguridad, tanto activa como pasiva, y a la cabina, con estética renovada y un mayor confort interior
Cuando en febrero del año pasado, en un encuentro con los medios de comunicación para presentar sus pick-up D-Max, Ramón Tomás, subdirector de ventas de Isuzu Iberia, anunciaba la comercialización para otoño de 2007 de una nueva serie N con notables mejoras estéticas y mecánicas, no podía imaginar que dicha presentación iba a demorarse más de seis meses y mucho menos que el mercado de vehículos comerciales ligeros de 3,5 toneladas, que es donde se concentran las ventas de la serie N de Isuzu, iba a experimentar los cambios dramáticos que ha sufrido desde comienzos de 2008.
Tomás se marcaba entonces el objetivo de vender 650 camiones ligeros de la mencionada serie N en 2007, pero él mismo reconoce que ya en septiembre de ese año, la entrada de pedidos empezó a frenarse y al final Isuzu sólo consiguió matricular medio millar de dichos camiones, de acuerdo con los datos facilitados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones. Tomás también había anunciado, al tiempo de aquel objetivo que luego se esfumó, que para octubre de 2007 iba a contar con una nueva Serie N que aportaría importantes mejoras en el plano de la seguridad, tanto activa como pasiva, y una nueva cabina, con estética renovada y un mayor confort interior.
Aquella ansiada renovación también se ha visto postergada en el tiempo y ha sido a mediados del mes pasado cuando los medios de comunicación tuvimos oportunidad de conducir esos vehículos que habían sido presentados ya a quienes visitamos el Salón de Madrid, en mayo último. Aunque la nueva cabina mantiene la imagen característica de la serie N de Isuzu, los distintos modelos exhiben en el frontal las siglas NL, NN, NP y NM que les distinguen. Tanto la cabina ancha como la cabina estrecha han aumentado su anchura, permitiendo una mayor superficie acristalada que mejora la visibilidad del conductor. Los grupos ópticos se acumulan en columna a cada lado del frontal, lo que deja más sitio para la entrada del aire que necesita el sistema de refrigeración del motor.
En el lateral sólo hay que reseñar unos nuevos tiradores y unos retrovisores exteriores que pueden ir calefactados. En el interior de la cabina se ha retocado el cuadro de mandos para mejorar el acceso a ellos por parte del conductor. A partir de septiembre -confíemos en que esta vez se cumplan los plazos- la cabina larga o ancha dispondrá de un asiento para el conductor dotado de suspensión, algo que recibirán muy bien los conductores que se habían quejado en ocasiones de la falta de confort de su butaca. Se dispone asimismo de una cabina doble para cuadrillas. La mecánica Euro 4 es la misma con que se contaba ya el año pasado, con un motor turbodiésel con culata de cuatro válvulas por cilindro y cuatro cilindros equipado de turbocompresor de geometría variable y dotado asimismo de bomba de conducto común (”common-rail”) y sistema de recirculación de los gases del escape.
Hay un motor de 3 litros que rinde 150 caballos a 2.800 revoluciones por minuto (rpm) con un par de giro máximo de 38,3 metros por kilo (mkg) a 1.600 rpm. En la versión NPR, para 7,5 toneladas, la cilindrada del motor asciende a 5,2 litros y la potencia sube a 190 caballos a un régimen de giro algo menor, 2.600 rpm, siendo el par de giro máximo de 52 mkg a 1.600 rpm. Una interesante novedad mecánica es la incorporación de una caja de cambios robotizada secuencial, la NEES 2, disponible para todos los modelos y versiones de la serie N. Ramón Tomás anuncia la llegada dentro de algunos meses de una versión de tracción total (4X4) que permitirá a su compañía adentrarse en nichos de mercado a los que ahora no tiene acceso.
Otro tanto ocurre con la serie F, en la que Isuzu incluye modelos de 10, 12, 16 y hasta 18 toneladas y que Tomás siempre ha ansiado comercializar en España, pese a las duras condiciones de fabricación que impone la casa central en Japón donde se construye esa serie, a diferencia de la serie N, que se monta en Portugal. En el plano de la seguridad, se han introducido frenos de disco autoventilados en las ruedas delanteras y discos macizos en las traseras, a excepción de las versiones de 7,5 toneladas que siguen llevando frenos traseros de tambor. El ABS se monta de serie en todos los vehículos del tipo N2.