El constructor italiano advierte, sin embargo, que sus entregas de vehículos todavía se encuentran un 50% por debajo de la media registrada en los ejercicios 2007 y 2008.
Iveco mejoró un 11,2 por ciento su facturación en el primer trimestre de este año, que alcanzó los 1.700 millones. El constructor italiano empieza a ver los frutos de las medidas de reducción de costes tomadas el pasado año, pero como otros de sus competidores, ve como sus márgenes son víctimas de la guerra de precios, ya que la demanda sigue aún muy baja
Iveco, constructor italiano de vehículos industriales, alcanzó una facturación de 1.700 millones en el primer trimestre de 2010, lo que supuso un avance del 11,2 por ciento. El resultado comercial de Iveco hasta marzo fue de 3 millones, frente a los 12 millones de pérdidas comerciales que registró en igual trimestre de 2009. Obsérvese que Iveco no maneja el tradicional concepto contable de beneficios o pérdidas por cuenta de explotación (cuenta operativa en el mundo sajón), sino por cuenta comercial, que es más favorable que el primero. En términos de unidades, Iveco entregó 26.919 vehículos -incluyendo autobuses y vehículos especialesen ese período, lo que supone un aumento del 25,3 por ciento.
Ese crecimiento se ha construido principalmente gracias al 41 por ciento de avance en las entregas de los vehículos más ligeros (hasta 6 toneladas de peso total con carga) y del 9,5 por ciento en el segmento pesado (16 toneladas y más). Las entregas en el segmento de tonelaje medio también aumentaron un 40,2 por ciento, pero su efecto en términos absolutos es menos importante, dado que las ventas en este segmento son menores. Sin embargo, desde el propio grupo italiano se reconoce que el nivel de entregas en los tres primeros meses de 2010 ha sido muy discreto, pues representa alrededor de la mitad de lo que fue por término medio en 2007 y 2008. En Europa occidental, Iveco entregó 17.241 vehículos, con un aumento del 19,5 por ciento.
Las entregas en Europa oriental también crecieron un 12,8 por ciento. Especialmente favorable fue la evolución de las ventas en América Latina, donde crecieron un 53,4 por ciento, con el mercado brasileño como principal motor de ese avance. Considerando el mercado de vehículos industriales de 3,5 toneladas y más de peso con carga, en Europa occidental Iveco registró un descenso del 12,6 por ciento en el primer trimestre de 2010. Dividiendo ese mercado por segmentos, Iveco señala un leve aumento de las matriculaciones en el más ligero (3,5 a 6 toneladas), mientras que tanto el segmento de tonelaje medio como el de vehículos pesados retrocedieron un 19,7 y un 33,3 por ciento, respectivamente. Por países, las matriculaciones de vehículos de peso con carga igual o superior a 3,5 toneladas, se han reducido en los principales mercados europeos: Italia (-4,5 por ciento), Francia (-13 por ciento), Gran Bretaña (-7,6 por ciento) y España (-5,8 por ciento).
Iveco y CNH Al mismo tiempo que se hacían públicos los resultados financieros y comerciales de Iveco, Sergio Marchione, consejero delegado del grupo Fiat, anunciaba un plan industrial para el grupo con vistas a los cinco años próximos. En ese plan se incluye la separación de las actividades en el mundo del automóvil en dos compañías independientes. En una de ellas, la denominada Fiat Industrial, quedarán englobadas Iveco y CNH (maquinaria agrícola y de obras), así como las actividades de Fiat Powertrain relacionadas con las dos firmas precedentes.
Como se sabe, Fiat Powertrain se encarga del desarrollo y construcción de motores y componentes. Otra compañía, Fiat Automotive, reunirá Fiat, Lancia, Alfa Romeo y Chrysler, así como la parte de Fiat Powertrain relacionada con los motores y componentes para los turismos fabricados por las cinco marcas citadas. Aunque en principio no hay nada que objetar al razonamiento efectuado por Marchione para justificar esa redistribución de actividades, en el que alegaba que las actividades de turismos del grupo Fiat habían venido siendo tradicionalmente apoyadas por las finanzas más saneadas de los vehículos industriales y que eso no era bueno pues ocultaba fallos y defectos importantes, y que, además, se trata de dos grandes actividades que tienen muchas más diferencias entre sí que elementos en común -distintos tipos de ciclos económicos, diferentes necesidades de capital…- lo cierto es que algunos analistas creen que puede haber algo más detrás del movimiento acometido por Marchione. “Este tipo de medidas suelen tomarse cuando se desea desinvertir una parte de los negocios”, dicen algunos de esos analistas.