El reparto urbano de las mercancías constituye un auténtico quebradero de cabeza para los gobiernos locales, que intentan poner en práctica estrategias logísticas que permitan compatibilizar los derechos de los ciudadanos y de los transportistas.
No en vano, la congestión en las ciudades origina pérdidas para la economía europea cifradas en torno a los 100.000 millones de euros, lo que supone el 1 por ciento del PIB de la zona. Así se puso de manifiesto en la jornada sobre distribución urbana, organizada en Vitoria por el Instituto Vasco de Logística.
En el encuentro, IVL presentó un protocolo para agilizar el reparto urbano, consensuado entre los agentes implicados en la distribución, que pone el acento en la reducción de la contaminación ambiental.