Transportes J. Carbó, empresa familiar con sede central en Barcelona y especializada en el transporte de alimentación congelada y refrigerada, se implantará en el mercado nacional con la creación de nuevas sociedades participadas, tras constituir Frigoríficos Collbatallé para Cataluña y Frigoríficos Collbatallé Madrid para la zona centro, que abarcan todo el proceso logístico asociado a este tipo de productos. En sus más de tres décadas de existencia, la compañía ha centrado su actividad en el mercado catalán, donde tiene una importante cuota en la distribución capilar a supermercados y grandes superficies.
Trabaja para productores como Nestlé España, la distribuidora de congelados La Sirena, el fabricante de embutidos Casa Tarradellas o de helados Farggi. Hace siete años saltó a Madrid con una plataforma alquilada, y cubre el resto de España con colaboradores. La compañía, propiedad de la familia Carbó, ha apostado por incrementar su cuota en el mercado nacional y cubrir todo el proceso logístico de la alimentación congelada y refrigerada con una red de plataformas propias, que ha iniciado en Madrid con la creación de la sociedad Frigoríficos Collbatallé Madrid, propiedad en un 60 por ciento de la familia Carbó y el resto en manos de inversores ajenos al sector, para comprar un almacén que era propiedad de otra sociedad y donde ya trabaja.
La próxima primavera abrirá su segunda plataforma frigorífica propia en el polígono de la Zona Franca de Barcelona, donde hasta la fecha funciona con instalaciones alquiladas, para lo que constituyó previamente la sociedad Frigoríficos Collbatallé, controlada también por la familia Carbó. Esta plataforma tenía que haber estado operativa el pasado verano, pero un incendio fortuito la destruyó cuando faltaba menos de un mes para su entrada en servicio. “El incendio nos ha retrasado el plan de desarrollo. De lo contrario, ya estaríamos trabajando en la tercera plataforma propia”, señala Marcel Biosca, uno de los socios de Frigoríficos Collbatallé.
El plan de desarrollo de la compañía contempla otras tres plataformas propias, una por año, en Valencia, Bilbao y Sevilla, hasta 2013, con lo que espera conseguir una capacidad total para 50.000 pallets, “cubriendo prácticamente todo el territorio”. Para las otras tres plataformas, Transportes J. Carbó seguirá el mismo modus operandi que en Barcelona y Madrid, creará otras tantas filiales con participación mayoritaria de la familia Carbó.
El plan de desarrollo supone una inversión global de entre 35 y 40 millones de euros, de los que 12 millones se los lleva la plataforma de Barcelona y 6,5 millones la de Madrid, más barata porque ya estaba construida. Marcel Biosca reconoce que el escenario actual no es el más idóneo para poner en marcha un plan de crecimiento “porque hay que multiplicar el esfuerzo para buscar financiación, aunque lo vamos consiguiendo”, añadió el directivo. Transportes J. Carbó facturó 15,04 millones de euros en 2007, según el Registro Mercantil.