Incorpora nueva dirección en Dragados-SPL y estudia llevar la sede del grupo a Valencia.
La irrupción de JP Morgan en el negocio marítimo-portuario español con la compra de las principales terminales y sociedades del grupo Dragados-SPL a ACS por 720 millones de euros (incluida la deuda) ha abierto en el sector una incógnita sobre quiénes son los ‘compañeros de viaje’ en la nueva aventura del banco estadounidense
El desembarco de JP Morgan en España comienza bajo un silencio sepulcral. Al tiempo que el banco alcanzaba el pasado 6 de agosto, tras meses de conversaciones, un acuerdo de adquisición por 720 millones de euros de la gran mayoría de activos de Dragados-SPL, propiedad de ACS, las conjeturas sobre si hay alguien más de calado detrás de la operación se disparaban. Saber quién financia, gestiona y respalda al banco estadounidense se ha convertido en ‘la pregunta del millón’, una incógnita abierta desde que ACS informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de lo que venía siendo un secreto a voces desde que comenzó la crisis, la desinversión de Florentino Pérez en Dragados-SPL. La propia nota enviada a la CNMV por ACS sobre la venta de Dragados- SPL arroja más sombras que luces.
La nota, enrevesada en su redacción, dice que “es un consorcio dirigido por inversores institucionales, asesorado por JP Morgan”, y no el propio banco de inversión quien compra Dragados SPL, cuyo papel se habría limitado a asesorar en la operación. Es decir, se desconoce en qué medida el banco ha aportado capital propio en la adquisición, si las empresas de Dragados SPL tendrán financiación directa del mismo, si el estadounidense ha contado con financiación externa, si ha creado un fondo de infraestructuras ex profeso para hacerse con la ‘joya de la corona’ del negocio portuario español o si son fondistas puros y duros los que están detrás de la operación.
Entre las hipótesis que maneja el propio sector, por cierto, nada descabelladas, es que en la operación participan accionistas de la propia ACS, que, con la desinversión directa en Dragados-SPL y también en Abertis, habría aligerado su deuda y sumado liquidez para la toma del control de Iberdrola. Los expertos consultados no descartan una operación de este tipo: “¿Por qué no desaparecer de la primera línea de ACS y quedarse agazapado de la mano de JP Morgan para obtener mayores plusvalías cuando amanime la crisis?”. Tampoco hay que olvidar que estos juegos societarios son del gusto de Florentino Pérez, presidente de ACS, como ha quedado patente en el traspaso de su participación en Abertis a dos sociedades en comandita con CVC, con quien mantiene pactos sociales de venta de las acciones en la concesionaria para los próximos tres años.
No obstante, fuentes de ACS rechazan esta hipótesis de trabajo. Lo que los expertos sí descartan, en principio, con rotundidad, es que en el fondo asesorado por JP Morgan participen gigantes marítimos portuarios como Maersk, MSC, Hutchison…, que “no están para aventuras ahora que empiezan a levantar la cabeza tras dos años de ruina”. La operación por 720 millones, muy lejos de los 1.500 millones que pidió Florentino Pérez en el momento de dar el pistoletazo de salida a la venta de Dragados-SPL en julio de 2008, dejaría unas plusvalías de menos de 200 millones a ACS, más los 500 millones de deuda que endosa a los nuevos propietarios.
Los activos internacionales de Dragados SPL, que ACS está vendiendo a sus socios locales, y las participadas Rebarsa y Sintax han quedado fuera de la operación. El objetivo de JP Morgan, que ha sufrido problemas de financiación para cerrar la compra, sería mantenerse unos años en Dragados-SPL y vender después por paquetes. JP Morgan ha nombrado director general de Dragados-SPL al australiano Doug Schultz, que fue director de P&O Ports en Australia, y que sustituye a Víctor Alberola, que se queda en ACS. John Thomsen, ex director de Maersk en Algeciras, será director de operaciones de Dragados- SPL. La sede central podría trasladarse de Madrid a Valencia.
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