La caída del tráfico portuario y la incertidumbre en la relación contractual entre la joya de la corona Marítima Valenciana y su cliente MSC frenan la venta del grupo de ACS.
JP Morgan ha retrasado la operación de compra de la división portuaria de Dragados-SPL al no tener asegurada la financiación debido a la coyuntura económica internacional. A este escenario se añade la inestabilidad del tráfico portuario y la posible huída de los transbordos de MSC de España que frenan la oferta del fondo estadounidense por las terminales de ACS
El fondo de inversión estadounidense JP Morgan retrasaba, al cierre de esta edición, el calendario previsto con ACS para proceder a la operación de compra de Dragados-SPL “al no tener asegurada la financiación bancaria”, según confirmaban a este periódico fuentes próximas a la constructora que preside Florentino Pérez. Hay que recordar que JP Morgan se había comprometido con la constructora española a dar por finalizada la adquisición antes del pasado mes de enero, como publicó TRANSPORTE XXI en su edición del 15 de noviembre de 2009.
La tormenta económica que todavía se cierne sobre el mercado financiero internacional es una de las causas del retraso para cerrar la operación, a lo que se une, en la actualidad, la inestabilidad del tráfico portuario mundial y la decisión pendiente de la naviera suiza Mediterranean Shipping Company de trasvasar o mantener parte de sus transbordos en España, una decisión que afecta al volumen de negocio de la joya de la corona del grupo portuario de ACS, la terminal del puerto de Valencia, que gestiona su filial Marítima Valenciana. Y es que “el activo más atractivo” para JP Morgan en la operación de compraventa de la división portuaria de ACS es Marítima Valenciana, que registró en 2008 una facturación de 151 millones de euros y unos beneficios de 15,5 millones de euros. A la crisis económica hay que unir el estado de incertidumbre que existe con MSC, el principal cliente de la filial de Dragados-SPL, lo que habría devaluado su precio en las últimas semanas.
En este sentido, el cuaderno de venta de Dragados-SPL ha sufrido alguna variación en los últimos meses, ya que del mismo, se desgajó todo el negocio internacional, salvo la terminal de China, donde los abogados de ACS trabajan por concretar las ventas en Brasil, República Dominicana, Portugal y Chile, tras haber alcanzado un acuerdo de venta con Gammon en la terminal de India. Sin embargo, pese a la venta del negocio internacional, fuentes solventes afirman que “no hay entusiasmo” entre los operadores por la gestión de ciertas terminales españolas, dado por ejemplo, “el elevado endeudamiento de las terminales de Málaga y Bilbao y la incertidumbre accionarial de la terminal de Las Palmas”.
Por un lado, “no ven clara la rentabilidad” y por otro, “no hay garantías de refinanciación de la deuda” por los bancos que tienen que soportar la operación de JP Morgan con su fondo de infraestructuras. El problema es la adquisición del paquete completo, por un precio que habría evolucionado a la baja, de los 1.500 millones de euros iniciales a mil millones, menos del 90 por ciento del resultado bruto de explotación (Ebitha) de ACS.
La constructora, que presentará el próximo 26 de febrero sus resultados económicos de 2009, mantiene su idea de vender el negocio de terminales en un único paquete, mientras que fuentes próximas a JP Morgan reconocen que “dado que el valor de los activos no está claro con la coyuntura, la oferta podría ser sólo por algún activo en particular”. La intención de JP Morgan pasaría por no mantenerse por más de cinco años como socio financiero de las terminales para recolocar su participación al socio operador, obteniendo una plusvalía.
El poco aprecio a un negocio heredado…
Corría el año 2002. Las especulaciones convertidas en teletipos de pasillo se mezclaban con sorpresas entre despachos de Dragados-SPL. Aquellos teléfonos sonaban sin parar. “Nos venden, nos compran, nos fusionan”. El grupo, que había nacido al albur de las compras de Marítima Valenciana en 1999 y deMarítima del Mediterráneo en 2000, iba a tener voz propia y fortaleza financiera, bajo el timón de Juan Carlos Pery y soportado por una plantilla de expertos como Antonio Campoy, Alfredo Duro o Jacinto Seguí, entre otros, a los que se unían una chavalería de ingenieros y economistas para desarrollar nuevosmodelos en el emergente negocio marítimo.
La fusión de Dragados y ACS iba a levantar en elmercado mundial de terminalistas a un campeón español, al que no le faltaría la mínima gota de financiación para su expansión. Sin embargo, ni aquella fusión dejó, por un tiempo, a los responsables del grupo respirar con la noticia de una posible venta, ni la expansión sematerializó. El grupo estuvo en grado de tensión de venta casi desde su nacimiento tras comprar Temarsa en 1997.
Ejemplo de ese perenne ‘estado de tensión’ es que sin haber acabado la fusión de ambas constructoras, en mayo de 2003, salía a la luz el interés del gigante CSXWorld Terminals (hoy DPWorld) por tomar una participación enMarítima Valenciana. Incluso se llegó a hablar de una oferta de la multinacional estadounidente de 300 millones de euros por todas las terminales del grupo español. En aquel momento, a los directivos de Dragados- SPL no les tembló el pulso. Salieron al paso de los rumores que apuntaban que tras la fusión Florentino Pérez estaba interesado en desinvertir en el negocio marítimo. Un alto ejecutivo afirmaba: “tenemos el compromiso de Antonio García Ferrer, presidente de Dragados, de que ACS no quiere deshacerse del negocio marítimo”, sentenciando: “nuestra estrategia es el mercado exterior, una vez que nos hemos consolidado en España”.
El primer año contable, tras la fusión de ACS y Dragados, fue 2004. Nacía la nueva ACS, con una plantilla de 100.000 empleados, una capitalización bursátil de 4.400 millones de euros, deuda neta de 1.500 millones y capacidad para generar 1.000 millones de cash-flow al año. Tras la fusión, Dragados-SPL pasó a integrarse en la división demedioambiente y logística de ACS, pese a que se había constituido formalmente como grupo propio tres años antes, el 28 de marzo de 2001, para concentrar como matriz todas aquellas participaciones y contratos de negocios de servicios portuarios y logísticos, como actividades distintas a las de construcción, que hasta entonces asumía la división de servicios de la constructora.
Y además llegó el dinero prometido para las inversiones. En plenamoda de sindicaciones, en julio de 2006, Dragados-SPL obtenía un préstamo sindicado con 22 entidades financieras por importe de 280millones de euros con el objetivo de refinanciar una parte de su deuda y atender necesidades corporativas actuales y futuras. El préstamo fue dirigido y asegurado por siete entidades de primera línea: Sabadell, Barclays Capital, BNP Paribas, Fortis Bank, HSBC Bank, Santander y Socíété Générale Corporate & Investment Banking. Pero “el dinero tenía trampa”.
Las condiciones del préstamo “obligaban a ACS a devolver los 280 millones de euros y la amortización del préstamo en una cuota única en 2011”. Quedan docemeses. De ahí, según señalan fuentes próximas a ACS, “la urgencia que tiene hoy por tener liquidez” para compensar la deuda que tiene Dragados-SPL, asi como recomponer las minusvalías latentes que se han generado con Iberdrola y Hochtief. Tras aquel préstamo, la calma duró dos años en los que el grupo mejoró su relación con los clientes, aunque “dieron prueba del poco aprecio de Florentino Pérez a un negocio heredado”.
Ejemplo fue la negociación del último contrato entre Dragados-SPL y la navieraMSC. En los primeros días de enero de 2008, Diego Aponte, presidente de MSC, viajó en avión privado desde Ginebra a Torrejón para reafirmar el compromiso de la suiza con miles de TEUs para Valencia. “Florentino Pérez ni siquiera tuvo el detalle de acudir al aeropuerto y firmó Pery”, según detalla un testigo de la reunión. Así llegamos al 2 de julio de 2008, día en que se activa la orden de venta tras la salida de Pery y el nombramiento de Javier de Polanco como presidente y de Víctor Alberola como Director General. Dragados-SPL sólo fue una herencia. ACS tuvo en la mesa, durante años, ofertas más sustanciosas de las que hoy ofrece JPMorgan.
Hasta 600 millones pudo haber pagado Hutchison sólo por Valencia. Hasta el imperio de Gianluigi Aponte hizo sus números. Pero llegó la crisis, la urgencia de la deuda y el boom energético. “Hacer caja con 1.500millones de euros” era la consigna, levantando más de 565 de deuda. Y en esas está el equipo directivo de ACS, formado, entre otros, porMarcelino Fernández Verdes, Javier de Polanco, Agustín Batuecas y Angel García Altozano. El Royal Bank of Canada, que está asesorando a JP Morgan, y el Deutsche Bank y Mediobanca, que hacen lo propio con ACS, batallaban, al cierre de esta edición, por concluir la operación. Saben que el dueño de ACS es un duro negociador. Comprar caro no es problema, pero sin plusvalías no hay venta. Hoy ya es normal en ACS que pasen largos periodos para culminar con éxito sus desinversiones.