El 80% de los vehículos se encuentra aún en los niveles Euro 0, los más contaminantes.
Rusia trata de adaptarse al mundo occidental, pero para ello tiene que resolver problemas muy graves y que requerirán mucho dinero, por lo que sólo con ayudas estatales será posible acometerlos. El principal es la enorme antigüedad de su parque, del que un 80 por ciento se encuentra aún en los niveles Euro 0 de emisiones
“Es imprescindible que el Gobierno ruso acometa un plan de ayudas económicas para la renovación del parque con vistas a la introducción de nuevas normas sobre límite de emisiones contaminantes”. Así de contundente se mostró Akhat Urmanov, director adjunto del comité de dirección de Kamaz, el mayor fabricante ruso de camiones pesados, con un 38 por ciento de participación en el segmento de 16 toneladas en adelante.
En este momento, el nivel más estricto que se ha introducido en Rusia es el Euro 3, pero pocos lo cumplen. “El parque de camiones aún cuenta con un 80 por ciento de vehículos del nivel Euro 0, que son los que más emisiones generan y que deberían ser achatarrados en el plazo de cinco años para evitar un grave deterioro de la seguridad vial y del entorno natural”, dijo Urmanov. Kamaz, que mantiene una sociedad conjunta con Daimler Trucks para la construcción de camiones, espera que ese plan de ayudas dé un trato especial a los vehículos propulsados por gas natural, ya que el coste de este combustible (metano) es muy inferior al del gasóleo e incluso al del LPG (propano y butano), amén de que Rusia cuenta con unas reservas importantes de gas natural.
Urmanov estima que aún con ayudas, el gas natural tendrá su mayor ámbito de difusión en los vehículos de servicios municipales, mientras que en los camiones de transporte por carretera de entre 14 y 40 toneladas, donde la demanda podría elevarse a 140.000 unidades hacia el año 2020, la presencia en el mercado anual estaría limitada a un 5,7 por ciento en términos inerciales o a un 11 por ciento con un planteamiento optimista, es decir, a 8.000 y 15.400 unidades al año, respectivamente. Para Kamaz, los fabricantes rusos irán perdiendo cuota en años venideros en un proceso que se inició en 2010 y que del 76 por ciento que controlaban en 2009 debería conducir a sólo un 44 por ciento en 2015.
Lo que perderán los fabricantes rusos será cubierto por vehículos importados, nuevos y usados, hasta alcanzar proporciones del 31 y el 26 por ciento, respectivamente, en 2015. Urmanov no prevé un aumento notable en la importación de vehículos nuevos, que a partir de 2011 se mantendrá en torno al 31 por ciento, pero sí de los usados que, superada la crisis de 2010, en que sus importaciones se redujeron al 1 por ciento del total de vehículos matriculados, llegarán al ya mencionado 26 por ciento en 2015.
Para 2020, la previsión de Kamaz es que el 43 por ciento de la demanda rusa de camiones esté abastecida por locales, mientras que el 33 por ciento corresponderá a importación de camiones nuevos y un 24 por ciento seguirán siendo usados.