Buen 2013 para los petroleros, graneleros, gaseros y frigoríficos.
Los armadores vascos, que controlan una flota de 55 buques mercantes y remolcadores (592.931 toneladas de peso muerto), no tuvieron un mal ejercicio 2013, tal como quedó reflejado en la Asamblea General de la patronal Anavas celebrada en fechas recientes en Haro.
La flota vasca dedicada al transporte de crudo demostró que la industria marítima había repuntado en 2013. De hecho, los diferentes avatares en este mercado, como que el flete de un buque VLCC con capacidad para más de 300.000 toneladas pasara de una media de 13.000 dólares diarios en el tercer trimestre a los 40.000 dólares del cuarto trimestre, “no afectaron a nuestra flota gracias a los contratos a largo plazo que aligeran este tipo de fluctuaciones del spot”, explicaron desde la organización Anavas.
La flota mini granelera “también se benefició del aumento de los fletes de las cargas secas a granel”, pues el Baltic Dry Index, el índice de referencia, “empezó el año con 698 puntos y cerró con 2.277 puntos”. Por su parte, según la patronal, el mercado en el que opera la flota vasca de LPG (gas licuado) “registró su tercer año consecutivo con tasas spot que dieron a los armadores un saneado rendimiento del capital invertido”.
Por último, “nuestra flota frigorífica tuvo un prometedor comienzo (en 2013) para la buques convencionales: buques llenos y fletes altos”. Los navieros vascos controlan una flota muy joven, con 9,7 años de media, algo más que la controlada por los armadores españoles (14,4 años) y bastante más que la mundial (17,3 años).
DESCENSO PUNTUAL
Según Alejandro Aznar, presidente de Anavas y del grupo Ibaizabal, el descenso de la flota española en 2013 “fue un tema puntual porque además se está produciendo alguna contratación, como es el caso de Elcano. También es cierto que nuestra flota tiene la dimensión que tiene, que no es mucha, pero la que hay se va a mantener porque presta servicios básicos, caso de los ferries con las islas y los barcos que atienden la demanda energética, que una parte está cubierta por armadores nacionales”.
En referencia al Registro Especial de Buques de Canarias añadió que “el asunto fundamental está en el capítulo laboral, porque el resto de disposiciones que tiene es similar al de otros registros”.
En su opinión, la principal novedad para los armadores es “la nueva legislación procedente de los organismos internacionales, que hay que cumplirla al cien por ciento. Lo último es la normativa sobre las aguas de lastre, que se traduce en costes y más costes para el armador”, concluyó Aznar.