Más allá de las sacudidas particulares que viene suponiendo la globalización del negocio naviero, la alianza P3 formada por Maersk, MSC y CMA CGM afianza a España como un importante hub del sur de Europa.
El anuncio de los planes del consorcio naviero para 2014 revela la trascendencia del concepto del Estrecho de Gibraltar, con el duo Algeciras-Tánger, y las potencialidades import-export de los puertos de Valencia y Barcelona como enlace entre los mercados de Asia y América.
Lejos del victimismo local que puede suponer la pérdida de unos miles de TEUs a corto plazo, la alianza P3 sitúa a España dentro de esas grandes rutas transoceánicas. Y seremos una eficiente plataforma de distribución si arreglamos esa pendiente logística ferroviaria y el transporte terrestre se reinventa y asegura costes asumibles para los cargadores.
La ‘marca España’ aún necesita mejorar el escenario. Hoy la volatibilidad del negocio del contenedor exige estructuras laborales flexibles, un marco de paz laboral adscrito a leyes y convenios de futuro dentro de un aseguramiento de la unidad de mercado y de una optimización del modelo concesional como garantía para unos inversores que apuestan por las radas españolas.
Hay que gestionar un negocio rentable, no una ruina. Queda conocer si el esfuerzo de los últimos años por colocar a los puertos españoles como una gran alternativa al norte de Europa y a los históricos puertos de transbordo del Mediterráneo tiene un futuro.
Emergen más rivales, con costes laborales bajos, a los que habrá que seguir ganando con inteligencia y productividad. Ahora no podemos bajar los brazos, trabajemos por un futuro.